Año 2021, el año en que comenzaba a verse la luz al final del túnel, el de la vuelta a una apariencia de normalidad, tras la edición compleja y de supervivencia del 2020, si bien todavía con restricciones de aforo y mascarillas en el interior. De nuevo, impecable el comportamiento de la organización y los asistentes: 230 películas (154 largometrajes y 76 cortos) en 306 sesiones, a lo largo de ocho días de cine de autor.

Una presencialidad, incorporando la Sala Fundos como nueva sede del festival, que se ha combinado con una apuesta decidida por lo virtual. Notables mejoras en forma y fondo que, tras la creciente y efectiva presencia en redes sociales de los últimos años, han acercado al público y a la prensa a una nueva forma de relación con el festival: desde la renovación de la web, hasta la muy deseada app oficial para el seguimiento de la programación; el «Canal Seminci» que ha permitido seguir (y guardar para futuro) las ruedas de prensa, mesas redondas y actividades paralelas (como las masterclass de Alex de la Iglesia y Juan José Campanella, etc.), a lo que hay que añadir el espacio dedicado al festival en la plataforma Filmin. Además, por primera vez, se habilitó la adquisición de entradas a través de un portal on-line (y la posibilidad de anularlas), buscando la eficiencia y la garantía del máximo disfrute del festival por la mayoría.

En lo puramente cinematográfico, se ha podido disfrutar de una muy buena selección de películas, tanto en la sección oficial como en las paralelas, conjugando directores conocidos como Robert Guédiguian, Paul Schrader o Deepa Mehta; con nuevos autores, especialmente mujeres cineastas, de fuerte presencia internacional. Es cierto que en los últimos años se echa en falta un mayor riesgo en algunas propuestas, pescando en el caladero de los festivales donde las películas han tenido un cierto reconocimiento de crítica y público. Propuestas cinematográficas opresivas en los temas y en la forma. Un cine que se mueve en lo social, lo familiar y lo político. Un cine, que como marca de la casa, tiene su centro de gravedad en lo social, analizado desde diferentes puntos de vista. Así destaca ‘L’événement‘ que venía de ganar el León de Oro de Venecia, y que construye un drama crudo y directo sobre la prohibición del aborto y sus fatales consecuencias; o ‘Seis días corrientes‘, ganadora del premio de interpretación en Locarno, y que entre la ficción y el documental observa desde el humor el día a día de la clase media trabajadora en el contexto de la ciudad de Barcelona; o la idea de familia a través de las complejas estructuras en las casas de acogida, y los conflictos entre lo institucional, lo asistencial y los jóvenes de la suiza ‘La Mif‘; o la mirada de redecubrimiento de la infancia en, la película inaugural de la 66 edición, ‘Libertad‘. Cine de superación de los horrores y las heridas de la guerra a través del emprendimiento femenino con ‘Hive‘ (premiada en Sundance).

Un cine con conciencia de denuncia política, de crítica de los regímenes totalitarios, cuestionando la pena de muerte en ‘Ballad of a White Cow‘, la necesidad de libertad para crecer y soñar de ‘Hit the road‘; o la complejidad de los diversos intereses que confluyen en la poliédrica búsqueda de la verdad de ‘A hero‘, ganadora del gran premio de Cannes, junto con ‘Compartment Nº 6‘. Esta última plantea un cine sobre el amor, de encuentros y descubrimientos, ya sea en lugares distantes o más cercanos y urbanos como ‘The worst person of the world‘ (premio a la mejor actriz de Cannes).

Un festival, el de Seminci, de decidida apuesta por el cine español, tanto a través de la sección «Spanish cinema» y «La noche del corto español», como la Gala del Cine y el Audiovisual de Castilla y León y la Gala RTVE, con el estreno de los últimos trabajos de Benito Zambrano y ‘Viaje a alguna parte‘, falso documental de Helena de Llanos, sobre sus abuelos Fernando Fernán Gómez y Emma Cohen. También fuera de concurso en la sección oficial se estrena el ‘Rey de Todo el mundo‘ de Carlos Saura, y la última película de Fernando Colomo. Un festival que nos abre la puerta al descubrimiento de grandes obras en castellano del mundo, como ‘Siamesas‘, ‘Clara Sola‘ o ‘Mis hermanos sueñan despiertos’.

También pudimos ver el documental ‘La naranja prohibida‘, una producción original de TCM dirigida por Pedro González Bermúdez que reconstruye los acontecimientos que rodearon al primer pase público de la película de Stanley Kubrick en España en 1975 (que coincide con el 50 aniversario de su estreno) y que contó con la presencia de su actor protagonista, Malcolm McDowell. Un canto a la libertad, que se cuela por las rendijas del sistema franquista y que con suerte y empeño personal, logró su proyección. Y es en esa expresión de amor por el cine, donde se instala la ganadora de la Espiga de Oro, la india ‘Last film show‘.

En el apartado de las coincidencias cinéfilas, se podría conceder el premio a la banda sonora de esta edición a la canción ‘Voyage, Voyage’ de Desireless de 1986, al aparecer con notable presencia en películas tan dispares como ‘I am your man‘ y ‘The girl and the spider‘.

Por último, nuestro lamento habitual por la ausencia del cine con música de la OSCYL en el Centro Cultural Miguel Delibes; y también, aunque por motivos distintos, se ha echado en falta a Pumares y sus particularidades, desde su butaca habitual del Teatro Calderón.

Nos emplazamos para la 67 edición de la Semana Internacional de Cine de Valladolid, esperamos que sin restricciones de ningún tipo, que tendrá lugar del 22 al 29 de octubre de 2022, con Irlanda como país invitado.