FICHA TÉCNICA
País: España
Dirección: Mar Coll
Guión:Mar Coll, Valentina Viso. Novela: Katixa Agirre
Fotografía: Nilo Mur
Reparto: Laura Weissmahr, Oriol Pla, Giannina Fruttero, Magali Heu, Sam Avtaev, Julie Maes, Belén Cruz, Karim Belayane, Oscar Walls
Género: Drama
Año: 2024
Duración: 111′
SINOPSIS
María, una joven escritora que acaba de ser madre, se topa con la noticia de un suceso estremecedor: una mujer francesa ha ahogado a sus gemelos de 10 meses en la bañera. María se obsesiona con la infanticida, ¿por qué los mató? A partir de ese momento, la sombra del infanticidio la acechará como una vertiginosa posibilidad.
TRAILER
NUESTRA OPINIÓN
«Because the line that separates lucidity from darkness has not yet been drawn» (Adrienne Rich)
Mar Coll, especializada en el análisis de las dinámicas y constricciones sociales que se imponen en la familia (‘Tres días con la familia’, 2009) o en el individuo (‘Todos queremos lo mejor para ella’, 2013), vuelve a la gran pantalla, después de diez años, con un drama valiente acerca de la maternidad. Inspirada en la novela de Katixa Aguirre, ‘Las madres no’, y con un guion a cuatro manos (de nuevo junto a Valentina Viso), nos propone una inmersión visual al trastorno emocional, al conflicto de emociones irracionales alrededor de la maternidad, en una propuesta que combina inteligentemente diferentes géneros. El film se centra en la imagen de la maternidad para subvertirla; ya desde el título que, a modo de punto de partida, se refiere a la imagen de la Virgen María como su símbolo universal, para a través del drama, girar y contorsionar en un thriller de terror psicológico, con tintes documentales y fantásticos. La imagen idílica de la maternidad se desmantela, dejando al descubierto las sombras, los miedos y las contradicciones que pueden surgir en esta experiencia vital. Se enfrenta a la historia, al tabú, al infanticidio, a la sombra del monstruo que mata a sus hijos, ya sea teatral, como Medea; folklorica, como La Llorona o real como Alice Espanet. Y es el descubrimiento de este último caso el que motiva una búsqueda de la protagonista y de los espectadores, tratando de poner luz y matices en los grandilocuentes titulares de prensa, para intentar entender cómo ha llegado a esa situación, y si ella puede hacer lo mismo y también convertirse en un monstruo (perdiendo también su identidad para vincularse a la del hecho).
Se estructura en cuatro capítulos y un epílogo, que sobre un profundo fondo rojo proyectan frases de Adrienne Rich, Sylvia Plath, Simone de Beauvoir y de Medea en las que nos habla los límites de la lucidez, de embriones e hijos, como extraños elementos en el interior del ser. Seguimos a una madre primeriza, María (intencionada elección), escritora de cierto éxito, que lejos de sentirse una madre feliz y realizada, se siente atormentada por las dudas, la culpa y una profunda soledad, que no encuentra consuelo ni en su entorno social ni familiar. Inquietante la primera imagen de ella, el bebé llorando mientras le acuna en sus brazos, tratando de dormirle; encuadrados en un estrecho y oscuro pasillo de la casa; y la ventana (tema recurrente) como expresión de la libertad, pero también del riesgo. Los elementos de la casa se convierten en riesgos y posibilidades de acabar con su angustia.
Al comienzo de la película se dice que aquello de lo que no se habla no existe. Y María parece negarle la palabra al niño, como una forma de rechazo, de no aceptación, porque hacerlo puede suponer, y de hecho va suponiendo a sus ojos, la pérdida de su propia identidad, quedando ligada y limitada a la condición de madre. María se encuentra sola en su desapego y en sus temores; y Mar Coll demuestra una vez más su habilidad para recrear esa atmósfera densa y claustrofóbica. El acertado estilo narrativo, que juega con los géneros, desde el realismo, hasta el body horror, y el thriller, todo ello acompañado con la magnífica partitura de Zeltia Montes, nos sumerge en un universo psicológico complejo y perturbador. La fotografía, oscura y opresiva, de tonos fríos y deliberadamente apagados, refleja el estado emocional de la protagonista. Los planos cerrados y detalle, los encuadres inquietantes, el uso de tomas largas y movimientos de cámara suaves, nos sumergen en la mente de María, haciéndonos partícipes de sus obsesiones y sus tormentos, de su aislamiento y desesperación. Laura Weissmahr ofrece una interpretación desgarradora, logrando transmitir la fragilidad y la complejidad de su personaje; su mirada perdida y su expresión doliente, lúgubre, nos conmueven y nos hacen cuestionar nuestros propios prejuicios sobre la maternidad, y sobre el ideal de amor absoluto y abnegación que la sociedad imponen.
Mar Coll huye de dar respuestas sobre los motivos que subyacen en el retrato de esa mujer «al borde de algo», planteando interrogantes sobre la naturaleza humana, la violencia, la sociedad y el papel que se espera de la mujer, y especialmente de las madres. Una película valiente, en la temática y abordada con una propuesta visual, que como poco se puede describir como, muy acertada.
«Las Madres no escriben. Las madres son escritas.»
MÁS INFORMACIÓN
Web oficial: –
IMDb: http://www.imdb.com/title/tt21920688/
FilmAffinity: http://www.filmaffinity.com/es/film663680.html