El director surcoreano Yeon Sang-ho, tras un inicio de calma que precede a la tempestad, impone un ritmo frenético, convirtiendo la película en una montaña rusa de emociones, que combina muy efectivamente elementos de tensión pura con otros de emoción, el drama y el horror. Moviéndose entre el thriller más físico, de grandes movimientos de masas, con otros momentos más psicológicos y contenidos...
