Nina

0 Creado por el Vie, 17 mayo 2024, 13:31

'Nina', en Histerias de Cine

FICHA TÉCNICA

País: España
Dirección: Andrea Jaurrieta
Guión: Andrea Jaurrieta
Fotografía: Juli Carné Martorell
Reparto: Patricia López Arnaiz, Darío Grandinetti, Aina Picarolo, Iñigo Aranburu, Mar Sodupe, Ramón Agirre, Silvia de Pé
Género: Drama
Año: 2024
Duración: 105′

SINOPSIS

Nina decide volver al pueblo costero donde creció, con una escopeta en el bolso y un objetivo: vengarse de Pedro, un famoso escritor al que el pueblo rinde ahora homenaje. El reencuentro con su lugar de origen, con sus recuerdos del pasado y con Blas, un amigo de la infancia, le hará replantearse si la venganza es su única opción.

TRAILER

NUESTRA OPINIÓN

'Nina', en Histerias de Cine

«Ha pasado media vida ya, ¡déjalo estar!»

Un rostro, el de Nina (Patricia López Arnaiz), refleja neones de azul eléctrico mientras se adentra en la oscuridad enfundada en una gabardina negra bajo la que reluce un vestido rojo, y asciende con decisión por una calle, que bajo la lluvia parece un río. Un río que parece tratar de remontar, superar la corriente, como un salmón, para volver a su origen, al principio de todo. No por casualidad la película comienza con una cita de T. S. Eliot: «En mi principio está el final«.

La segunda película de la directora Andrea Jaurrieta, tras la interesante ‘Ana de día’ (2018), que exploraba la psicología de la dualidad del personaje de Ingrid García-Jonsson por medio de la figura literaria del doppelgänger, se nos presenta como un thriller noir de venganza rural con ecos de neowestern, con un marcado estilo visual. Basada libremente en la obra de teatro homónima de José Ramón Fernández, inspirada a su vez en ‘La gaviota’, de Chéjov, el guion de la propia directora es parco en palabras. Una película que coquetea con una versión más psicológica del rape and revenge, para hablar sobre la edad y el consentimiento, con elementos de thriller y un female power a lo caperucita roja, robándole el papel al cazador. Hablamos de un western atípico en lo geográfico, rodada en el País Vasco (Urdaibai-Bizkaia) donde la lluvia, los bosques, el mar y los caballitos de feria, sustituyen al desierto rojizo, la sequedad y el Monument Valley. Pero de un western canónico cuando hablamos de venganza, de redención y del poder destructivo del amor, y cuando los ecos y las referencias evidentes nos remiten al clasicismo de ‘Johnny Guitar’ (Nicholas Ray, 1954), no solo por el poster en su proyección en el cine del pueblo, o por escuchar uno de sus icónicos diálogos proyectado en la cabeza de la Nina-adolescente, también por las referencias musicales, las escenas de cantina/bar de pescadores, sino fundamentalmente por la paleta visual, donde el technicolor potenciaba los rojos, amarillos y los ocres, que junto con azules, negros y blancos componen también la identidad visual de Nina. Todo ello mientras arrastra consigo una escopeta, con la que al inicio de la película nos apunta directamente como si se tratase de ‘Asalto y robo de un tren’ (E. S. Porter, 1903). Una fuerza cromática que vincula la película también con el melodrama de Douglas Sirk (y también de Almodóvar), acentuada por la nostálgica y siniestra partitura de cuerdas de Zeltia Montes (‘Que nadie duerma‘, 2023).

'Nina', en Histerias de Cine

La película se lo juega casi todo a la potente cinematografía de Juli Carné Martorell y al trabajo de su actriz protagonista, intensa, contenida y llena de matices que logra transmitir a la perfección la rabia, el dolor y la vulnerabilidad de su personaje, y del siempre acertado Dario Grandinetti, como Pedro, el depredador sin conciencia de culpa. El color rojo, de violencia, de sangre y de ira, pero también de pasión y de fuerza interior, se usa de manera expresiva, contrastando con el verde, azul y gris, sirve de leitmotiv que está presente prácticamente en todos los planos de la película, de forma más o menos directa: a través de la sangre menstrual, del icónico vestuario, del maquillaje, los vehículos, las luces, y también en elementos de atrezo como latas y un largo etcétera. La luz natural se conjuga de forma magistral para crear contrastes y jugar con las emociones del espectador, los interiores, oscuros y cerrados, del trauma y la represión; mientras que los exteriores, pasan de la oscuridad y la lluvia a una luz encapotada y cruda pero luminosa, en busca de la verdad y la justicia.

La directora navarra opta por una narración fragmentada, yendo y viniendo entre dos momentos vitales, el de la Nina-adolescente (inocente Aina Picarolo) y la Nina-adulta, cada vez con mayor intensidad, mediante un montaje orgánico que se sirve de acertadas transiciones para conectar unos momentos y otros, por medio de sonidos, luces, movimientos de cámara, creando un efecto de suspense que te mantiene intrigado hasta el final. Un viaje al pasado mirado desde el presente, de resignificación de símbolos y gestos que tiene su máxima expresión en el juego de seducción infantil y de persecución adulta por las calles sinuosas y laberínticas del pueblo. Un viaje iniciático, acompañado por una cámara por momentos opresiva de planos cortos y primeros planos, al momento de la pérdida de la inocencia, movida por el impulso del odio y de la venganza que te carcome (literalmente) por dentro y que te hace olvidar que todavía hay cosas buenas en el mundo. La película mezcla la crudeza y la sordidez (dura la escena dentro del coche, mostrada y ocultada al ritmo de la luz del faro), con elementos simbólicos y estéticos de gran riqueza. Los diálogos son escasos, caracterizados por un lenguaje visual poético y evocador, pero cargados de significado.

'Nina', en Histerias de Cine

Y todo ello en un entorno de tradición y conservadurismo, el de un pueblo detenido en el tiempo, dónde nada parece haber cambiado, anclado en tradiciones que se repiten y al que la llegada de Nina desestabiliza y disrumpe. La película nos habla del silencio cómplice de lo oculto a plena luz, de una sociedad hipócrita, que hace como que no ve, que deja pasar, que prefiere olvidar. Crítica social y feminista, que se proyecta a todos los ámbitos, interesantes los ecos de los cazadores furtivos, que también se esconden, que también ocultan las desgracias para evitar consecuencias mayores, o los expresivos planos medios de grupos de personas del pueblo en la procesión, bajando la cabeza o mirando para otro lado.

Nina es un personaje complejo y multifacético; a la vez víctima y verdugo, una mujer marcada por el trauma que busca justicia pero que también está dispuesta a cruzar la línea de la moral. ‘Nina’ es una película vibrante y original, también imperfecta, que se desmarca del cine español convencional, con una cuidada estética, su narrativa intrigante y sus personajes complejos, que plantea preguntas sobre la validez del consentimiento y el abuso y la manipulación para conseguirlo.

«¿Confías en mí?»

MÁS INFORMACIÓN

Web oficial: –
IMDb: http://www.imdb.com/title/tt13239062/
FilmAffinity: http://www.filmaffinity.com/es/film882160.html

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