FICHA TÉCNICA
País: Italia
Dirección: Paola Cortellesi
Guión: Furio Andreotti, Giulia Calenda, Paola Cortellesi
Fotografía: Davide Leone
Reparto: Paola Cortellesi, Valerio Mastandrea, Vinicio Marchioni, Romana Maggiora Vergano, Giorgio Colangeli, Yonv Joseph, Emanuela Fanelli, Francesco Centorame, Raffaele Vannoli, Paola Tiziana Cruciani, Alessia Barela, Federico Tocci, Priscilla Micol Marino, Maria Chiara Orti, Silvia Salvatori, Mattia Baldo, Gianmarco Filippini
Género: Drama
Año: 2023
Duración: 118′
SINOPSIS
Es primavera y toda la familia está alborotada por el inminente compromiso de la querida hija mayor, Marcella, quien, por su parte, sólo espera casarse rápidamente con un simpático chico de clase media, Giulio, y librarse por fin de esa incómoda familia.
TRAILER
NUESTRA OPINIÓN
«No puedes pegarla todo el rato, se acaba acostumbrando. Una buena paliza de vez en cuando, pero fuerte, para que lo entienda.»
Dramedia, tanto como el formato de fábula en blanco y negro, para hablar del machismo y la violencia contra las mujeres, que si bien ambientado en la Italia de postguerra, se siente y se sufre demasiado actual. Profundo melodrama vital y cotidiano sobre la condición de la mujer en las sociedades occidentales, a través de la mirada de Delia, que sobrevive los envites de su marido y de la vida, en una incipiente primavera al ritmo de ‘Aprite le finestre’ (de Virgilio Panzuti and Giuseppe Perotti). Delia es esposa del controlador y violento Ivano (Valerio Mastrandrea), suegra del cascarrabias Ottorino (Giorgio Colangeli) postrado en la cama; madre de Marcella (Romana Maggiora Vergano), adolescente casadera crítica hasta el desagrado con la pasividad de su madre y que mejor que estudiar es casarse y tener más suerte en el amor y de dos niños siempre a la gresca y repitiendo los modos de los mayores (un zipi y zape a la italiana). El rostro de Delia representa el de todas esas mujeres de posguerra, también de la española, que luchaban con uñas y dientes para sacar adelante a sus familias sin apenas reconocimiento, y que refleja también el de los personajes interpretados por Sofía Loren, Silvana Mangano y Anna Magnani.
Desde el inicio, la directora deja claro que no va a ser una película al uso. El día a día de Delia comienza con una bofetada de su marido, y continúa como si nada cocinando, limpiando, cuidando al suegro postrado en la cama (que lamenta que no sea familia porque así aceptaría que le metieran mano de buen grado), trabajando en casa y también fuera (enfermera, costurera e incluso armando paraguas, por lo que cobra menos que un inexperto joven por ser hombre), sin tiempo para sentarse, en un continuo sisífico. Mediante un magnífico travelling a cámara lenta, al ritmo de ‘Calvin’ (de Jon Spencer Blues Explosion), la directora nos ofrece, con insertos de planos detalle, un fresco social y cultural de su entorno.
Una mirada femenina, familiar y social, es la que propone ante este tema Paola Cortellesi, directora, actriz principal y co-guionista (junto con Furio Andreotti y Giulia Calenda). El neorrealismo y la comedia all’italiana se conjugan de manera atrevida en esta interesante ópera prima. La película que, como buen melodrama, se mueve a ritmo de canciones y bailes, juega a la constante oposición entre lo que se ve y lo que se oye, entre la quietud y la violencia, desvirtuando y subvirtiendo los códigos habituales en este tipo de narraciones. Pero la directora transita por todos ellos: abusos verbales, menosprecios, vejaciones e insultos continuos, a cada momento y sin motivo, y también el maltrato físico. También muestra los arrepentimientos y perdones, las justificaciones absurdas en las torpezas y provocaciones de ella (tan graves como hablar), y en el alcohol y su propio sufrimiento (ya que vivió dos guerras), para finalmente resolverlo con un «todavía te quiero», tras el sexo forzado, mientras ella mira el polvo en la cómoda. Todo ello tras las puertas y ventanas cerradas, un secreto a voces que todos conocen en el patio de luces, y que la sociedad calla. Un retrato del estado de la cuestión que se cierra, añadiendo el grupo dispar de vecinas del patio, las confidencias de su fiel amiga Marisa (Emanuela Fanelli), Nino (Vinicio Marchioni) el primer amor que la dejó, y un policía militar americano, que se convierte en el brazo ejecutor de su violencia reprimida.
Todos ellos, tropos habituales y reconocibles, casi rituales repetidos, cuando hablamos de violencia de género; pero lo que es menos habitual es la forma de presentarlos. La directora, se apoya en el humor, y en la fantasía de la música, a través de canciones que expresan sus sentimientos y bailes (especialmente intenso el retrato de la paliza como un ballet pas de deux largamente ensayado), en un brillante y esperanzador blanco y negro, que contribuye a distanciarse; tanto a la protagonista de su propia vida; como al espectador de la representación. Nos permite mirar desde lejos, protegidos tras un cristal, observando el absurdo de la violencia, dejándonos desarmados ante la emoción de lo que se cuenta. Deja así de lado la sutileza, y lo que no se ve, para contrarrestar lo que pasa, y se decide por una propuesta canalla, con la cámara juguetona de Davide Leone que combina planos cenitales y planos detalle, travelling alrededor de los personajes, la cámara lenta; todo ello atravesado con un espíritu descarado, irónico, cínico y de humor negro. Es esta forma la que hace que lo ya conocido, adquiera una nueva dimensión emocional, haciendo que el mensaje sencillo, sea si cabe más efectivo, dejando un poso de incomodidad, condenados como estamos los espectadores a no prestar atención a determinadas imágenes y formatos, vistos una y otra vez. Incluso nos presenta un montaje musical en cámara lenta, que con reminiscencia al cine mudo, nos habla del inicio de un amor, y que sirve de espejo en el que reflejar el futuro de amor de Marcella.
No es una película redonda, y algunos elementos narrativos no acaban de cuajar en esa amalgama de géneros y personajes, especialmente con el ex novio y el soldado americano, que si bien ayudan narrativamente, quedan un poco descolgados.
Sin embargo, la directora se permite, usando los códigos del thriller, elongar el tiempo y aumentar la tensión por medio de una carta misteriosa y la necesidad de acudir a una cita, que sirve de giro narrativo, para, impulsada por la acertada canción ‘A bocca chiusa’, de Daniele Silvestri, construir un poderoso final de empoderamiento y libertad.
«Guarda quanta gente c’è
Che sa rispondere dopo di me
A bocca chiusa»
MÁS INFORMACIÓN
Web oficial: –
IMDb: http://www.imdb.com/title/tt21800162/
FilmAffinity: http://www.filmaffinity.com/es/film201853.html