FICHA TÉCNICA
País: Estados Unidos
Dirección: Lee Daniels
Guión: Suzan-Lori Parks, Lee Daniels (Novela: Johann Hari)
Fotografía: Andrew Dunn
Reparto: Andra Day, Trevante Rhodes, Natasha Lyonne, Garrett Hedlund, Rob Morgan, Tone Bell, Da’Vine Joy Randolph, Evan Ross, Dana Gourrier, Melvin Gregg, Erik LaRay Harvey, Tristan D. Lalla, Kwasi Songui, Alika Autran, Blake DeLong, Jeff Corbett, Miss Lawrence, Mark Antony Krupa, Karl Graboshas, Randy Davison, Sylvia Stewart, Dusan Dukic, Arthur Holden, Damian Joseph Quinn, Richard Jutras, Nealla Gordon, Alexander Bisping, Philippe Hartmann, Catherine Lemieux, Letitia Brookes, Ray Shell, Christopher Wyllie, Yvanna-Rose Leblanc, Eric Clark
Género: Drama
Año: 2021
Duración: 130′
SINOPSIS
La legendaria Billie Holiday (Andra Day), una de las mejores intérpretes de jazz de todos los tiempos, pasó la mayor parte de su carrera siendo adorada por sus fans alrededor del globo. Todo mientras el Departamento Federal de Narcóticos de Estados Unidos la fijó como objetivo mediante una operación encubierta liderada por el Agente Federal Jimmy Fletcher (Trevante Rhodes), con quien Billie había tenido un tumultuoso romance.
TRAILER
NUESTRA OPINIÓN
«Let that shit kick in»
Un magnífico comienzo mediante apertura de foco sobre una foto en blanco y negro que poco a poco desciende, desde un grupo de blancos sonrientes, a un cuerpo quemado a sus pies tras un linchamiento. Un lento fundido encadenado, conecta las entrañas con la imagen de una mujer vestida de un blanco luminoso, bajo un foco de luz, en el centro de un teatro rojo. Progresivos fundidos escalan desde el plano general a un primer plano de Billie Holiday (Andra Day), a punto de cantar ese lamento desgarrado que es ‘Strange Fruit’.
La película de Lee Daniels no es un biopic al uso. El guión de Suzan-Lori Parks basado en el ‘Chasing the Scream: The First and Last Days of the War on Drugs’ de Johann Hari, se centra en establecer una línea de momentos que reflejan la intención, del gobierno de EEUU y del FBI, de acabar con la cantante de jazz, y no era por su adicción a las drogas. Contado a modo de flashbacks, y centrado en su última etapa hasta su muerte en 1957, recorre de una manera algo inconsistente los hombres, mujeres y relaciones que la acompañaron en su vida: sus amores, deseos, traiciones, excesos y música que la definen. Tratando de condensar la sensación de un momento, del contexto político y social, plasmando las contradicciones y luchas internas de la cantante, de sus demonios del pasado y de la presión del presente; presentándola como una de las primeras defensoras de los derechos civiles. En este sentido, debemos aplaudir el atrevimiento del director, en mostrar un personaje complejo y poliédrico, fuerte y vulnerable, que encuentra una lente magnificadora, en la fisicidad, emoción y entrega de la interpretación de Andra Day. Su interpretación luce en los primeros planos, y los travelling circulares.
Se aleja, y a la vez complementa, la versión más clásica que nos ofrece Diana Ross en la estupenda ‘Lady sings the blues’ (Sidney J. Furie, 1972). De esta explota algunas ideas visuales y las lleva al extremo, como el uso de «still frames», el cambio de formato, el blanco y negro, para dar sensación de fotografías de época; la estética de home video y el slow motion, dando protagonismo a la banda sonora. La narración en ocasiones teatral, como la escena el juego de luces y sombras de la cabaña abandonada tras encontrarse con un linchamiento, moviéndose entre luces y sombras; o el picado sobre ella decidiendo en el retrete si autocensurarse; en ocasiones lisérgica e improvisada, no acierta a encontrar el tono; pero con momentos de una dolorosa belleza cinematográfica. El color transita entre tonos brillantes pero filtrados, rojos, amarillos y los tonos dorados y anaranjados entre bambalinas, y que contrastan con los grises y azulados de los momentos de la cárcel y el hospital, junto con su ropa morada.
Una película de gran pasión, pero que carece de una continuidad emocional, sorprendiendo y conectando a través de puntuales momentos de gran intensidad. Bastante irregular, en cuanto al ritmo general, parece carecer de una idea global más allá de mostrar diferentes momentos en la carrera de la cantante, que transmite una sensación de falta de orden interior (tampoco ayuda el momento baile postcréditos). Destaca, y siempre es de reseñar, la doble moral de la sociedad americana (y de la general) que mientras la aplaude y abarrota los teatros, permite que la ley anti-linchamiento, tras más de 100 años desde su primer intento, esté todavía pendiente de aprobarse en el Congreso de los E.E.U.U.
«Southern trees bear a strange fruit
Blood on the leaves and blood at the root
Black bodies swingin’ in the Southern breeze
Strange fruit hangin’ from the poplar trees
Pastoral scene of the gallant South
The bulgin’ eyes and the twisted mouth
Scent of magnolias sweet and fresh
Then the sudden smell of burnin’ flesh
Here is a fruit for the crows to pluck
For the rain to gather
For the wind to suck
For the sun to rot
For the tree to drop
Here is a strange and bitter crop»
(escrita por Abel Meeropol en 1937)
MÁS INFORMACIÓN
Web oficial: –
IMDb: http://www.imdb.com/title/tt8521718/
FilmAffinity: http://www.filmaffinity.com/es/film700754.html