FICHA TÉCNICA

País: México
Dirección: Michel Franco
Guión: Michel Franco
Fotografía: Yves Cape
Reparto: Jessica Chastain, Peter Sarsgaard, Merritt Wever, Brooke Timber, Josh Charles, Elsie Fisher, Jessica Harper, Lexie Braverman, Jett Salazar, Thomas Vorsteg, Johnny Vorsteg, Billy Griffith, Davis Duffield, Blake Baumgartner, Elizabeth Loyacano, Josh Phillip Weinstein, Ross Brodar, Alexis Rae Forlenza, Tatiana Ronderos
Género: Drama
Año: 2023
Duración: 103′

SINOPSIS

Sylvia es una trabajadora social que lleva una vida sencilla y estructurada: su hija, su trabajo, sus reuniones de Alcohólicos Anónimos. Todo esto salta por los aires cuando Saul la sigue a casa tras su reunión del instituto. Su encuentro sorpresa impactará profundamente a ambos al abrir la puerta al pasado.

TRAILER

NUESTRA OPINIÓN

«He never touched you!»

Michel Franco parece querer escapar de la desesperación humana de sus últimas películas (‘Nuevo orden’, 2020; ‘Sundown‘, 2021), en busca de una pequeña luz de esperanza; sin por ello dejar su mirada cínica, y de clases, en el desarrollo de la narrativa. La película nos presenta un díptico humano, el de Sylvia (Jessica Chastain) y el de Saul (Peter Sarsgaard), para adentrarnos en los recovecos más oscuros de la mente humana, y a través de una mirada profundamente humana, invitarnos a reflexionar sobre la fragilidad de la memoria y la identidad. Un drama extraño, entre dos personas que se mueven en los límites, rotos de alguna manera y que tratan de navegar las complejas aguas del día a día vital, luchando contra la memoria. Franco nos propone una atípica historia de amor entre dos personas unidas por aquello que les diferencia: él, que no puede recordar, y ella, que no puede olvidar.

Dos personajes que tienen evidentes paralelismos: la hija, la hermana y la madre en el caso de Sylvia, y la sobrina y el hermano, en el caso de Saul (curioso también que los dos nombres comiencen por «S»). Jessica Chastain brilla en su papel como Sylvia, madre soltera, adicta en recuperación, trabajadora social y con un pasado de abuso infantil traumático. Esto condiciona su vida, que el director nos presenta en un recorrido de un día como estructurada, controlada, y aislada mientras va a una reunión de AA, trabaja en la residencia de adultos con dificultades y el retorno a la seguridad de la casa, fortificada con alarmas y cerrojos. Su interpretación es visceral y conmovedora, logrando transmitir la vulnerabilidad y la fuerza interior de su personaje. Obsesionada por el control, tratando de mantener los peligros de la vida, fuera de su puerta, y también de la de su hija de 13 años, Anna (Brooke Timber), a la que sin querer parecer ir expulsando de su hogar. Peter Sarsgaard, como Saul, también ofrece una actuación memorable. Su lucha contra la demencia y su deseo de preservar la memoria son palpables, a la vez que trata de escapar del control y reclusión en una imponente casa, a la que su hermano Isaac (Josh Charles) le somete. Sarsgaard aporta una vulnerabilidad conmovedora que se siente genuina y real Esto determina un nuevo paralelismo divergente, entre sus vidas y un punto de conexión, proyectando el papel de madre en la aceptación enamorada de su atención y guía por Saul. La química entre ellos es evidente, la complicidad innegable, lo que sustenta el inusual romance que se desarrolla en la trama, y que tiene un momento culminante en la aparente improvisación de la escena en la bañera. Un encuentro que les ayuda con sus inseguridades y sus miedos, apoyándose uno en las deficiencias del otro, la búsqueda de la memoría frente al intento de olvidar, aprendiendo a vivir. Y, ¿qué es el amor sino el encuentro de dos neurosis complementarias?.

Y todo ello acompañado de una estética visual cuidadosamente elaborada, que acentúa el carácter racional y algo frío de la propuesta, huyendo de la belleza, buscando el desorden y lo complejo. La dirección de fotografía de Yves Cape es esencial para la atmósfera de la película, utilizando tomas estáticas y planos secuencia, crean una sensación de proximidad e inmediatez que atrapa al espectador, junto con una cámara invisible que sigue a los personajes. La elección de una paleta de colores azulados desaturada contribuye a un ambiente melancólico y, a menudo, claustrofóbico. Los encuadres cerrados y el uso de luz natural intensifican la percepción de una realidad cruda y sin adornos, característica distintiva del estilo de Franco. Localizada en Nueva York, huye de los escenarios icónicos que puedan despistar de la narrativa, y que contribuyen a conectar con la trama y los personajes.

La película confronta y nos plantea dudas alrededor del desconocimiento sobre la memoria. Deja entrever los problemas sobre la memoria humana (el Síndrome de Falso Recuerdo), y de la memoria como constructora de realidad y elaboradora de información partiendo de los conocimiento y experiencias previas; por lo tanto los recuerdos pueden ser creados, y el cerebro humano está condicionado a rellenar espacios y crear narrativas a través de la imaginación, especialmente en casos de abusos. Y por otro lado, la imposibilidad práctica de tener recuerdos precisos en situaciones de violencia y estrés, que tiene un ejemplo devastador en la obra de teatro ‘Prima Facie’ (Suzie Miller, 2019). El conflicto, la duda sobre los recuerdos y la realidad de la experiencia de Sylvia laten y permean a lo largo de la película, hasta el momento de catarsis familiar, en un plano fijo general angulado a nivel de suelo.

Una película irregular en lo narrativo, pero que invoca emociones profundas. Michel Franco habla de la redención y la aceptación, del encuentro de uno mismo y del otro a través del amor, de una manera que la distinguen de otros filmes del género.

«I remember, like you Sylvia, when I came in, I was broken, I was lost, and I was hopeless.»

MÁS INFORMACIÓN

Web oficial: https://www.memory-film.com/
IMDb: http://www.imdb.com/title/tt19864828/
FilmAffinity: http://www.filmaffinity.com/es/film886877.html