FICHA TÉCNICA
País: Estados Unidos
Dirección: Terrence Malick
Guión: Terrence Malick
Fotografía: Jörg Widmer
Reparto: August Diehl, Matthias Schoenaerts, Valerie Pachner, Michael Nyqvist, Jürgen Prochnow, Bruno Ganz, Martin Wuttke, Karl Markovics, Franz Rogowski, Tobias Moretti, Florian Schwienbacher
Género: Drama
Año: 2019
Duración: 180′
SINOPSIS
Franz y Fani Jägerstätter son un feliz matrimonio que vive con sus tres hijas en su granja alpina en Sankt Radegund, Austria. Son campesinos, viven y trabajan rodeados de un impresionante paisaje montañés. Cuando estalla la Segunda Guerra Mundial, los hombres comienzan a respaldar el nazismo, pero Franz no se deja arrastrar por la corriente mayoritaria. Se resiste a prestar juramento a Hitler y se convierte en el primer objetor de un mundo de ferviente nacionalismo y creciente ideología de odio. El amor incondicional de su esposa y su fe inquebrantable, se convertirán en sus principales aliados para afrontar las graves repercusiones que su decisión provocará…
TRAILER
NUESTRA OPINIÓN
«Si debo escribir con mis manos encadenadas, encuentro eso mucho mejor que si mi mundo estuviese encadenado. En una prisión ninguna cadena, ni siquiera una sentencia de muerte, puede robarle al hombre su fe y su propia libre voluntad»
En 2007, Franz Jägerstätteres fue declarado beato y mártir por la Iglesia Católica. En su última película, Terrence Malick nos cuenta su historia. Y al igual que en toda su filmografía, la imagen se convierte en el vehículo fundamental para narrar el drama, la tragedia griega, la fábula de amor y fe, que es la historia de su familia. La vida entregada, sin imposición, de libertad de Franz (August Diehl), de sus tres hijos y de la no menos comprometida mujer Fani (Valerie Pachner). Una vida de fe, amor y humanidad, que choca con el miedo, silencio cómplice, desprecio, aislamiento de los vecinos cuando la Alemania nazi se anexionó a Austria por medio del Anschluss de 1938. El horror está más cerca de lo que creemos, «the sun shines on good and evil the same«; «don’t they know evil when they see it?» se pregunta Franz.
Junto con las magníficas interpretaciones; la imaginería audiovisual y el diseño de producción, ambientación y vestuario, es apabullante. Las localizaciones quitan el aliento, presionado por el uso del gran angular, que acentúa el formato panorámico, conjugando la profundidad de campo y los delicados detalles, acercando cielo y tierra. La repetición, los ecos visuales y sonoros, se despliegan por los 180 minutos de metraje (que pasan como un suspiro), restañando en la cabeza y dotando de gravitas y circularidad a la historia.
El juego del contraste, oposición y repetición lo reproduce también en los movimientos de cámara. Por un lado el movimiento continuo, etéreo, místico, de los momentos de felicidad, de las labores del campo, del paso de las estaciones, de las risas, de los juegos con los hijos. Por otro, el estatismo de sus días en la cárcel, de los espacios cerrados, de los paseos por el patio, de los registros e interrogatorios. Por un lado la luz naturalista, cálida, casi mística. Por otro, la frialdad de las estancias, los trajes, las rejas, del sufrimiento y los momentos oscuros, tras una cortina negra.
La música de James Newton Howard, que acompaña brillantemente la clásica de Handel, Dvorak, Gorecki y Arvo Pärt, construye una banda sonora que imita la grandilocuencia general del film. El deseo de la vida en las cumbres, de los picos de las montañas, de la torre de la Iglesia, con su mirada al cielo, de las acogedoras paredes del valle arbolado, de los ríos y cascadas. Y el ser humano ínfimo, en la catedral de la naturaleza, de la vida, con el sueño de trascender.
A diferencia de sus últimas películas, Malick opta por un tratamiento lineal del tiempo y de la narrativa, que favorece la comprensión, como si frente a las tablas pintadas de un tríptico nos hallásemos. Elipsis con fundidos a negro, recuerdos y detalles, el sueño del ser amado, emociones que se unen con la realidad, cámara subjetiva. La narración apoyada con imágenes de archivo del ascenso de Hitler, de su baño de masas en Núremberg, de sus momentos familiares. El contraste entre la lengua inglesa, en que hablan los protagonistas, y la no subtitulada del alemán del pueblo y del ejército nazi amenazadores. Y desde el principio, la voz en off epistolar, de diálogos, miedos, deseos y oraciones resuenan en las imágenes.
Una montaña rusa de emociones, también en lo visual, que son físicas y psicológicas, ascensos y descensos por caminos y senderos del valle, en círculos en prisión. Contemplación e introspección, tanto en los espacios naturales, como en la opresión de la celda. Una película que se plantea el sentido de la vida, y de la creación, el libre albedrío y la capacidad de decisión del ser humano. El sufrimiento como forma de superación, de comprensión y aceptación de las debilidades propias y ajenas. La insignificancia del individuo en el destino y la vida supeditada a un ideal superior, a la religión, a la fe, a Dios.
Un montaje poético, emotivo, metafórico, místico, casi hipnótico y contemplativo. Malick, acertadamente, desde mi punto de vista, huye de mostrar la violencia, las torturas, e incluso la ejecución; sosteniendo, manteniendo la última parte, con intención de hacernos cómplices del sufrimiento, de albergar esperanzas, de sentir el miedo y la tensión del protagonista al descubrir, con cámara subjetiva, lo que se oculta tras la cortina negra.
Y al final, un camino visual que conecta con el principio. El sol se pone tras las montañas.
«El creciente bien del mundo depende en parte de actos no históricos; que a ti y a mí las cosas no nos vayan tan mal como podrían haber ido, se debe en parte al número de los que vivieron fielmente una vida oculta, y descansan en tumbas no visitadas» (George Eliot)
MÁS INFORMACIÓN
Web oficial: –
IMDb: http://www.imdb.com/title/tt5827916/
FilmAffinity: http://www.filmaffinity.com/es/film534209.html