Hoy compaginamos el cine con el deporte: la final del Open de Australia, dónde Rafa Nadal puede conseguir ser el primer tenista masculino en conseguir 21 títulos de Grand Slam; y los Hispanos, el equipo de balonmano español, puede conseguir tres medallas de oro consecutivas en europeos. ¡Vamos!
A CRIANÇA / THE CHILD (Tiger Competition)
«No sabes ver«
La primera película de Marguerite de Hillerin y Félix Dutilloy-Liégeois nos traslada al Portugal de 1554. Un momento de inflexión y cambio, de creciente oscuridad y moralidad, de una libertad cada vez más constreñida por la llegada de la Inquisición y los ecos del colonialismo. Basado en ‘Der findling’ (El adoptado) de Heinrich von Kleist, nos presenta una serie de escenas entre lo noble y pastoril desarrolladas a lo largo de seis días. Un cuento que combina el romanticismo narrativo con la novela pastoril en la puesta en escena: campestre y minimalista en lo estético, pero lleno de detalles que construyen atmósfera y emoción.
Una película sobre los amores perdidos, los amores imposibles, los amores no correspondidos y los amores prohibidos. Mentiras y secretos que confluyen en una escena casi shakespeariana, en una noche aciaga de lluvia y viento. Traiciones y celos, en busca de la libertad. Personajes atormentados, en una deriva fatalista, de concatenación de eventos, de equívocos y malentendidos. La sustitución y suplantación de personajes es una constante, el reflejo en el espejo, el rojo de la pasión; la muerte siempre presente.
Narrada con una forma pictórica y teatral. Se recrea en los rostros, la mayoría individuales. Encuadres precisos en multiescala y primeros planos, el ser humano en el contexto, largos planos con lentos movimientos de cámara, travelling de acercamiento y reencuadre y leves panorámicas. Con gran gusto conforma los espacios y la naturaleza, las puertas y ventanas como símbolo de lo que se oculta y de la libertad. El fuera de campo, también una constante.
Y alrededor de los personajes, la naturaleza que parece responder a sus deseos y emociones, o ¿es al revés?. («does the stormy sky foreshadow the end of a story? Or else, is it the torn men who alter the sky ‘s temper?«) Magnífica la atmósfera sonora, pájaros y viento, árboles en movimiento, el mar, la lluvia y la tormenta; y la banda sonora seleccionada. Todo contribuye a una inmersión en ese fresco de melancolía, del sol entre las hojas y el viento que mece el campo, de noches de verano y de pasiones escondidas.
Los directores componen con gran acierto un madrigal muy shakesperiano, de creciente oscuridad y ecos de tragedia.
«I spit on the kings, the church, and the mighty who above the fallen bodies in their provinces of their legend, offer nothing but the shadow of an event«
EAMI (Tiger Competition)
«Are we the same when we lose those we love?«
Paz Encina, directora paraguaya, ha dedicado su carrera al terreno del cortometraje y del documental, y adopta con esta última película un tono más de ficción (tras ‘La hamaca paraguaya‘, 2006), pero manteniendo un pie en el trabajo documental y de investigación.
El time-lapse inicial sobre unos huevos anidados en el terreno junto a una charca donde se oye el cantar de las ranas, nos sitúa en un contexto cultural mediante una voz en off femenina, que nos cuenta la leyenda de la creación del pueblo Ayoreo-Totobiegosode. Una parábola etnográfica y de memoria de las migraciones forzadas por la tala incontrolada, utilizando mecanismo de ficción, mediante recreación de la realidad, pero apoyado en alguna fotografía y audios. Javier Umpierrez construye una magnífica atmósfera sonora, que contextualiza y acompaña la narración de las voces en off, y que bascula sobre el momento de la expulsión a fuego recogida en una grabación: el crepitar de las llamas devorando el poblado y los gritos de los que tratan de escapar. Paz Encina, junto al director de fotografía Guillermo Saposnik, nos fuerza a imaginar tanto como a ver, a sentir más que a racionalizar, utilizando imágenes de bosques y lagos, de animales y de rostros. Seguimos a una niña, Eami, y a un viejo sabio de la tribu («el lagarto«), mientras huyen de la quema, de la destrucción, en un proceso de cura de la niña (que es la representación de la diosa-pájaro), para a través de ella rescatar y mantener viva su cultura («el lagarto me enseñó a llevar el bosque y el mundo dentro de mí«), mientras registra lo ocurrido y busca a su amigo. A través de su viaje entendemos la pérdida individual, la de la comunidad, y percibimos la pérdida para la humanidad, mientras son expulsados y sometidos por el colonialismo económico y cultural. «Hoy mis alas están rotas, mis ojos cerrados«
Narrativamente refleja el espacio y el tiempo de una manera compleja, diferente, no lineal, a través de las fábulas y mitología indígenas, de un realismo mágico que pueblan las imágenes y los sonidos. Los límites y fronteras entre la vida y la muerte, lo humano y lo natural se entremezclan y desaparecen. Mediante voces en off, sobre los rostros de los niños con los ojos cerrados, se cuentan las historias de aquellos que fueron expulsados de su bosque, que era su hogar y su mundo, que conforma sus raíces físicas y espirituales. Y a través de esa comunión de las palabras, se rescata el retrato sonoro y visual del exilio, de la huida, de la pérdida: las huellas descalzas en la tierra, sustituidas por pisadas de botas y perros, los bosques frondosos, reducidos a tierras de cultivo.
Junto a esas imágenes evocadoras, líricas, nos muestra los momentos de violencia y sometimiento de los colonos, y a través de los quehaceres de una mujer blanca en una casa, vemos los contrastes y las imposiciones culturales. Todo ello de manera indirecta, mediante hechos y sonidos, usando fundidos encadenados.
«EAMI» significa tanto «bosque» como «mundo» en ayoreo. EAMI, por tanto, se conforma como una representación de esa cultura, y transmite con mayor intensidad lo que significa ser expulsado de tu bosque, porque es ser expulsado del mundo. Un poema de amor, de curación… «abre tus ojos«, que nos apela desde la mirada de una niña.
«Shall we all have to heal eternally?«