La primera película de Daniz Gamze Ergüven se basa en una experiencia personal cuando era adolescente. Con una narración audiovisual y de guión más cercana a una parábola, un cuento, que al realismo dramático. Las imágenes flotan con mucha sensualidad, una cierta ligereza, algo de humor, mucha alegría y libertad, a la que contribuyen la frescura de las interpretaciones del quinteto protagonista y la música mágica de Warren Ellis...