FICHA TÉCNICA
País: Estados Unidos
Dirección: Ti West
Guión: Ti West
Fotografía: Eliot Rockett
Reparto: Jenna Ortega, Brittany Snow, Mia Goth, Kid Cudi, Martin Henderson, Owen Campbell, Stephen Ure, Geoff Dolan, James Gaylyn, Simon Prast
Género: Terror
Año: 2022
Duración: 105′
SINOPSIS
En 1979, un grupo de jóvenes cineastas se propusieron hacer una película para adultos en la zona rural de Texas, pero cuando sus anfitriones solitarios y ancianos los atrapan en el acto, el elenco pronto se encuentra en una lucha desesperada por sus vidas.
TRAILER
NUESTRA OPINIÓN
«You’ve got that X factor.»
El sonido de los grillos y las moscas, lo que parece una película en formato clásico, se transforma mediante un travelling hacía adelante acompañando la llegada de un coche de policía, en uno panorámico. Un movimiento que nos saca de los marcos de un granero y que por un lado nos introduce en la historia y por otro nos mantiene como espectadores de lo que parece ser la escena de un crimen sangriento en la casa principal. Un par de planos, acompañados por el sonido de una televisión en blanco y negro que reencuadra un telepredicador llamando sobre el diablo y el pecado; picados y contrapicados, cámara a nivel del suelo, huye del horror hacia la oscuridad de un rincón del techo y se produce un flashback, que parece quedar anclado, como una vieja cinta de VHS, volviendo adelante y atrás, una línea blanca sobre el espejo, un billete enrollado y un rostro en el espejo.
Al ritmo de ‘In the summertime’ de Mungo Jerry, con la sobreimpresión de Houston (Texas), la cámara se eleva en una zona industrial y 1979 en tipografía rellena con la bandera americana llenando la pantalla, el grupo formado por el curtido productor Wayne (Martin Henderson), su novia-actriz Maxine (Mia Goth), el novato cinéfilo director cinéfilo RJ (Owen Campbell), junto con su retraída novia Lorraine (Jenna Ortega) y Bobby-Lynne (Brittany Snow), y Jackson (Scott Mescudi), también como actores, se dirigen en una furgoneta de «plowing service» a rodar una película porno a una granja apartada de la modernidad, propiedad de los ancianos Howard (Stephen Ure) y su mujer Pearl.
El habitual director de cine de terror Ti West (‘The House of the Devil’, 2009; ‘The InnKeepers’, 2011; ‘The Sacrament’, 2013) nos ofrece un homenaje a la serie B de finales de los setenta y principios de los ochenta, con una cuidadísima estética y con mucho metalenguaje. Las referencias, directa e indirectas, a películas slasher o de terror como ‘The Texas Chainsaw Massacre’ o ‘Eaten Alive’ (de Tobe Hooper, 1974 y 1977, respectivamente), ‘Alligator’ (Lewis Teague, 1980), ‘Psycho’ (Hitchcok, 1960) y ‘The Shining’ (Kubrick, 1980), entre otras, y al cine erótico/pornográfico como ‘Deep Throat’ (Gerard Damiano, 1972), y a ‘Boogie Nights’ (Paul Thomas Anderson, 1977), son continuas.
Una película en la que lo de menos es la narrativa y el género (jugando con el slasher y el cine erótico), y que está más centrada en construir, en el propio mecanismo cinematográfico, casi como un ejercicio reivindicativo de los géneros que desmonta. Y es que la película parece casi un ensayo (al estilo de lo que hizo ‘Scream’) sobre el cine de la época, utilizando la forma, la estética y los códigos clásicos de este tipo de películas, para finalmente ofrecer un fondo actual y moderno, revisitando el género, con humor e inteligencia. La película se construye como un significante con múltiples significados, autorreferencial y autoconsciente. Desde el título, X, que puede hacer referencia tanto al tipo de clasificación de películas, al llamado factor-X para ser una estrella, e incluso el nombre de la protagonista y el de sex-symbol, llevan la letra X. Una película que desde el principio juega con la idea del cine dentro del cine, con el uso de los formatos y con un magnífico uso de la música y el sonido, que funciona como apoyo o contrapunto, y que construye el contexto sonoro.
El guión de Ti West es irónico y ácido, subversivo de los géneros y los temas, aportando una mirada femenina y actual a las películas clásicas del «slasher» y del cine erótico («I’m not seeing it like pornography, but like cinema.«). Los estereotipos se rompen, tanto en la definición canónica de los personajes (la rubia tonta, la puritana,…), que en última instancia presenta mujeres valientes y decididas, que saben lo que quieren, y que luchan para conseguirlo; frente a unos hombres pasivos y sometidos a esas decisiones; como frente a la imagen del sexo, cuya práctica por las mujeres ha sido castigada desde siempre en las películas de terror (la virginidad es vida), y que sin embargo West convierte en el reactivo que enciende la llama del deseo, y cuya ausencia provoca la muerte. La película pone en el centro la observación/voyeurismo, la mirada que provoca el deseo, para criticar la represión, el puritanismo y la doble moral. Se potencia la idea de la libertad, fundamentalmente sexual, donde la mujer busca tomar el control, y huye de la comunidad y sociedad religiosa controladora, perdiéndose en la carretera de la noche hacía un nuevo amanecer.
Una película que logra reconstruir magníficamente la estética y las formas de las películas de la época, del cine independiente, pero que introduce también elementos novedosos. El uso de un montaje de atracción, del conflicto, especialmente en las transiciones, en las que parece que la cinta de vídeo se ha atascado, y que va y viene de una imagen a otra, hasta que avanza. El uso de unos colores lavados, abrasados por el sol, marrones y verdes, grises y azules, que contrastan con un rojo profundo (justificado parcialmente) que definen la psique y transformación de los personajes, el uso de ángulos extraños, gran angular y multiescalas, huyendo de movimientos bruscos, del efectismo y apoyándose en una cierta lentitud, construyendo atmósfera y definiendo el espacio donde se desarrolla la acción con una magnífica fotografía de Eliot Rockett.
«La cámara lo cambia todo«, dicen en un momento, y la película nos lo muestra. La ficción-real y la ficción de la película erótica que ruedan, se confunden e integran, nutriéndose de sonidos e imágenes enlazadas, igualadas por composición y encuadre. Los ecos y las repeticiones son continuos, la imagen del caimán mordiendo el bañador de una rubia en el dibujo del bar, las referencias a ‘Psycho’, la canción ‘(Don’t Fear) The Reaper’ (The Blue Oyster Cult) o ‘Landslide’ (Fleetwood Mac.) que sirve de catalizador del cambio del tono de la película. Una canción que también sirve de «leitmotiv» interno de la película, porque nos habla de los sueños y de la juventud («even children get older«), y la película aborda el deseo, la libertad sexual, la juventud y la vejez, el temor de la pérdida, el miedo a lo desconocido, la búsqueda de los sueños. Una mirada a la vejez, al deseo, a la juventud, que podría hacer sesión doble con ‘Old’ (M. Night Shyamalan, 2019) o ‘La abuela’ (Paco Plaza, 2021).
Entre el humor y el homenaje, entre el slasher y el erotismo, una mirada inteligente y juguetona al clasicismo, en busca de la libertad sexual, en un mundo de creciente conservadurismo. Esperamos con curiosidad la precuela.
«Praise the fucking Lord.»
MÁS INFORMACIÓN
Web oficial: https://a24films.com/films/x
IMDb: http://www.imdb.com/title/tt13560574/
FilmAffinity: http://www.filmaffinity.com/es/film843514.html