FICHA TÉCNICA

País: Francia
Dirección: Jean-Paul Civeyrac
Guión: Jean-Paul Civeyrac
Fotografía: Pierre-Hubert Martin
Reparto: Sophie Marceau, Johan Heldenbergh, Cristina Flutur, Michaël Erpeling, Héloïse Bousquet, Sarah-Laure Estragnat, Mathilde Weil, Ouassini Embarek, Christelle Cornil, Valérie Trajanovski, Julie Brochen, Frédéric Radepont
Género: Drama
Año: 2022
Duración: 96′

SINOPSIS

Juliane Verbeck es la comisaria general de policía de París. Es una mujer de gran integridad moral, y de gran fuerza interior. Pero el descubrimiento de la doble vida de su marido la hará perder repentinamente el equilibrio y la llevará a comportamientos y actos de los que nunca se hubiera creído capaz…

TRAILER

NUESTRA OPINIÓN

«Si alguien te hace daño tienes que defenderte.»

Jean-Paul Civeyrac (‘Ni d’Eve ni d’Adam’, 1996; ‘Le Doux Amour des hommes’, 2002; ‘À travers la forêt”, 2005; ‘Des filles en Noir’, 2010; ‘Mes Provinciales’, 2018) nos plantea un guion que es por momentos caótico, que parece lanzarse en barrena, cuesta abajo y sin frenos, tratando de abarcar multitud de temas relacionados con la verdad, el engaño, la culpa y el perdón. Parecería sin embargo, que la propuesta del director galo, toma el guion como pura excusa, como trabajo de carboncillo, para después ofrecer una experiencia cinematográfica llena de matices y tonos, conjugando géneros y moviéndose entre lo onírico y lo real.

El director dedica todos sus esfuerzos narrativos a definir, de manera enrevesada, un personaje complejo, hierático, el de Juliane Verbeeck (Sophie Marceau), comisaría general de policía de París, escritora y tiradora con arco, madre, esposa y todavía en duelo por la muerte de su hermana menor en un accidente unos años atrás. Esta protagonista/heroína integra, moralmente superior y disciplinada, sobrevive en un complejo equilibrio, construyendo a su alrededor un mundo de «ley y orden». Un equilibrio que se va a romper, sumiendo al personaje en un espacio de oscuridad creciente, en un particular descenso a los infiernos.

Una oscuridad que rechaza, y que se manifiesta visualmente desde el principio al transmutar las siluetas negras a las que dispara en el campo de tiro, en su propio marido que la primera vez que vemos (en un principio sólo le oímos) cómo una silueta oscura; e incluso ella misma, parece tornarse en una sombra, ocultándose de la luz.

Civeyrac se apoya en los elementos del thriller (en la línea de Chabrol), capa superficial de un profundo melodrama, donde la música de corte clásico del pianista ucraniano Valentin Silvestrov, se hace presente a cada momento, de una manera consciente y continua, avanzando con la trama, convirtiéndose en un personaje más, una suerte de coro, que nos habla de las emociones de la protagonista. Una música que acentúa el tono de tragedia clásica de la película, de su sentido trágico y la búsqueda del orden perdido, donde la protagonista parece mutar en una Diana/Artemisa -diosa de la caza- moderna, enfrentada a sus más íntimos demonios, al conflicto con sus propias acciones, en un proceso catártico a través de la violencia.

El director nos presenta una externalización del sufrimiento interior de la protagonista, omnipresente y soberbia Sophie Marceau, a través de la música y fundamentalmente del espacio. El desequilibrio psicológico y emocional, pasa por un progresivo aislamiento espacial, primero en la casa (fantasmagórica), después en el hotel y finalmente en el bosque brumoso cercano al mar, donde surgen los instintos más primarios, donde se consuma la transformación. Tal es el peso de la narración subjetiva, que por momentos parece que nos movemos en un mundo onírico, del que va a despertar en cualquier momento. Una propuesta que abunda en los elementos simbólicos y metafóricos (el cedro herido, las flores del recuerdo de la hermana que continúan presentes), y los ecos con las situaciones de su entorno. Por tanto, el mundo que vemos, no es un mundo real; sino el mundo visto a través de la subjetividad de Juliane. Un mundo de cuento, parabólico, fantástico y esencialmente mitológico, que acompañan la transformación de Juliane en la Diosa Cazadora: el arco y el carcaj, la luna creciente y el ciervo, en forma humana. Una diosa que, como la protagonista, exigía pureza a sus acompañantes, vengativa y castigadora.

Una propuesta arriesgada, solemne y compleja, sobre los fantasmas del pasado y presente, sobre la toma de conciencia e individualidad (empoderamiento a través de su apellido), no apta para todos los públicos, a la que hay que acercarse con mente abierta.

«Tu amor es muy grande para mí. Eres muy grande para mí. Perdón.»

MÁS INFORMACIÓN

Web oficial: –
IMDb: http://www.imdb.com/title/tt14458636/
FilmAffinity: http://www.filmaffinity.com/es/film487584.html