Rapito (El rapto / Kidnapped)

0 Creado por el Mar, 23 enero 2024, 11:27

'Rapito' (El rapto / Kidnapped), en Histerias de Cine

FICHA TÉCNICA

País: Italia
Dirección: Marco Bellocchio
Guión: Marco Bellocchio, Susanna Nicchiarelli, Edoardo Albinati, Daniela Ceselli
Fotografía: Francesco Di Giacomo
Reparto: Filippo Timi, Fabrizio Gifuni, Barbara Ronchi, Paolo Pierobon, Fausto Russo Alesi, Enea Sala, Leonardo Maltese, Andrea Gherpelli, Samuele Teneggi, Corrado Invernizzi, Aurora Camatti, Paolo Calabresi, Bruno Cariello, Renato Sarti, Fabrizio Contri, Federica Fracassi
Género: Drama
Año: 2023
Duración: 134′

SINOPSIS

Bolonia. Año 1858. Los soldados del Papa irrumpen en la casa de los Mortara para secuestrar a su hijo de siete años, Edgardo. La película sigue la lucha de la familia para tratar de recuperar a su hijo ante esta acción de la Iglesia Católica.

TRAILER

NUESTRA OPINIÓN

'Rapito' (El rapto / Kidnapped), en Histerias de Cine

«Someone betrayed you. Someone baptized your son in secret.»

Marco Bellocchio, con ochenta y tres años, sorprende (ya lo hizo Skolimowski con ‘EO‘ el año pasado) con un sólido drama histórico, recreando el llamado caso Mortara con un notable pulso narrativo (la historia cuya adaptación fue abandonada anteriormente por Julianne Schnabel y Steven Spielberg).

Reúne los grandes temas de sus últimos éxitos: el secuestro, el abuso de poder, el fanatismo religioso y/o político (como en ‘Buongiorno, notte’, 2003; tema que repite en la miniserie ‘Esterno notte’, 2022); la manipulación y el chantaje, la lucha del individuo frente al poder de las organizaciones (‘Il traditore’, 2019). Vidas robadas, destruidas al servicio de una causa, ajenas a la justicia. Una propuesta que a la vez que narra el conflicto familiar, nos ofrece un retrato social, político y religioso de la época, con posibles referentes actuales.

La película, que se inspira ligeramente en un libro sobre el caso, con guion del propio Bellocchio y Susanna Nicchiarelli, cambia y muta su naturaleza, según avanza la historia: del thriller a la intriga política y diplomática, del drama judicial al militar e histórico, sin perder el interés. En el fondo late la teoría sobre una cierta conexión (el inicio del fin, si se quiere), entre el secuestro del joven y el juicio posterior, con el Risorgimento, la aceleración de la unificación de Italia y la consecuente caída de los estados pontificios, surgiendo Roma como capital de una Italia laica.

'Rapito' (El rapto / Kidnapped), en Histerias de Cine

La película sirve como caso de estudio de la insignificancia de los valores humanos frente a los dogmas inmutables, y confronta el conflicto individual de cada uno de los implicados, de su identidad, con las luchas de poder que les trascienden, en laberinto burocrático, de denuncia social e intereses políticos. Si alguien espera un retrato psicológico del niño raptado, un detallado análisis del proceso de conversión, sin duda se sentirán decepcionados; porque Bellochio está más interesado en los efectos de las decisiones de los adultos, en las grandes luchas, que en el proceso de sumisión, que se muestra mayoritariamente mediante elipsis.

La idea de lo secreto, de lo oculto, constituyen la columna vertebral de la película: la criada que se ve con el soldado, los ritos de la familia (aunque en la puerta se reitera el detalle de la Mezuzá), el bautismo que motiva el conflicto, e incluso los niños jugando al escondite. El director opta por un revelador uso de montajes paralelos que enfrentan visualmente dos formas de ver la religión y que sirven para equiparar la condición humana. Y es que como decimos, no busca profundizar en las manifestaciones individuales, sino en el retrato social, grupal, étnico, social y religioso. Montaje paralelo de la celebración de la misa con el niño, confrontado con la celebración del shabat con los padres dolientes; las palabras de cura sobre el rostro de la madre, que entre lágrimas parece ver a su hijo.

Paralelismo descorazonador, cuando el momento inicial de la madre ocultando a Edgardo bajo sus faldas, tratando de ocultarlo, de evitar el secuestro; encuentra su eco posterior en el que el niño jugando al escondite, se oculta bajo la sotana del Papa.

A pesar del clasicismo narrativo, Bellocchio intercala elementos de enorme fuerza, animando las viñetas de los periódicos contra el Papa, y jugando con el paralelismo también en el mundo del subconsciente, de los sueños: el Papa, al que un grupo de rabinos tratan de circuncidar despertando entre lágrimas; y Edgardo, que sueña que ayuda a Cristo, quitando los clavos que le sujetan a la cruz, que desciende y abandona la iglesia. Toda una declaración de intenciones del director italiano.

'Rapito' (El rapto / Kidnapped), en Histerias de Cine

El tiempo pasa, la lucha se mantiene, pero el resultado es una familia dividida, dos caminos separados, visualizado en un potente plano, que coloca a la madre a un lado, muerta en la cama en la oscuridad («he nacido hebrea y moriré hebrea«); y al otro, separados por un enorme muro, a Edgardo, ya sacerdote, sentado en la luz. Fundido a negro.

La película está bellamente presentada, donde destacan, la acertada banda sonora que combina piezas de música clásica, con la partitura, con ecos de thriller, de Massimo Capogrosso; el opulento vestuario de época de la mano de Sergio Ballo y Daria Calvelli; y la magnífica ambientación gracias a un soberbio trabajo en la dirección artística. Destaca también la pictórica fotografía de Francesco Di Giacomo que juega con el claroscuro, de estética realista, con una iluminación naturalista, ya sean en las habitaciones iluminadas con velas, o en los paisajes urbanos de la ciudad de Bologna y Roma. Una cámara que narra con la misma intensidad el secuestro o el asalto militar, que las intrigas palaciegas y judiciales. Plagada de solventes interpretaciones, desde Enea Sala y Leonardo Maltese, respectivamente como el infante y adulto Edgargo; Fausto Russi Alesi y Barbara Ronchi, como los desesperados y beligerantes padres. En el otro rincón, Fabrizio Gifuni como el padre Feletti, el frío inquisidor de Bologna, y sobresaliente, el magnífico Paolo Pierobon como el Papá Pio IX. El director se ceba, aparentemente con motivo, con la oscura figura del Papa, retratado como un personaje obstinado, desagradable, egomaníaco, sádico en la demostración de la devoción y la obediencia de los demás; apoyándose en la reproducción de imágenes, ilustraciones y documentos satíricos de la época.

Y aunque al Bellochio se le puede considerar un anticatólico, y por tanto algo maniqueo en su propuesta, sin embargo es evidente que su crítica es extensible a toda forma o manifestación del fanatismo, sea el tipo y venga de la forma de organización que sea, donde el dogma tenga una dimensión de absolutismo y ceguera. La religión, cualquiera de ellas, es por definición intolerante del dogma, y rechaza toda forma de razón y duda.

«Non possumus»

MÁS INFORMACIÓN

Web oficial: –
IMDb: http://www.imdb.com/title/tt14137416/
FilmAffinity: http://www.filmaffinity.com/es/film675131.html

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