FICHA TÉCNICA
País: Estados Unidos
Dirección: Wes Hurley
Guión: Wes Hurley
Fotografía: Vincent Pierce
Reparto: Jonathan Bennett, Lauren Tewes, Dan Lauria, Lea DeLaria, Sophia Mitri Schloss, Annette Toutonghi, Cameron Lee Price, Darlene Sellers, Alycia Delmore, Nicole Santora, James Grixoni, Sera Barbieri, Forrest Campbell, L. Gabriel Gonda, Drew Highlands, Tyler Bocock, Marya Sea Kaminski, Hersh Powers, Amy Love, Jule Johnson, Jordan Iosua Taylor, Nick Sage Palmieri, Drew Cardillo, Gus Lanza, Megan Grace Tuohy, Stephen Hando, Max Christofferson, Max Willoughby, Elliot Gantner, Carter Coonrod, Quinlan Corbett, Woody Shticks, Dylan Smith, Ruby Mimosa, Justin Huertas, Chris Pitts, Adé Cônnére, Michael Monicatti, Dexter Morgenstern, Sara Porkalob
Género: Comedia
Año: 2021
Duración: 95′
SINOPSIS
Comedia negra autobiográfica sobre un joven gay que crece en la Unión Soviética y decide escapar a Estados Unidos.
TRAILER
NUESTRA OPINIÓN
«My mom is my best friend, but she’s always sad.»
El primer largo de ficción de Wes Hurley (nacido Vasili Naumenko) se basa en el corto documental de 10 minutos ‘Little Potato’, y es casi un diario autobiográfico. Un coming of age gay, al que se añade un elemento de inmigración. Dividida en dos partes claramente diferenciadas, tanto en el espacio, URSS frente USA; como en los intérpretes, Hersh Powers y Sera Barbieri; Tyler Bocock y Marya Sea Kaminski; y el hecho de que en URSS hablen un inglés perfecto y en USA con acento; pero sobre todo en el tono y la estética.
Una primera parte más corta en duración, que se desarrolla en la infancia de Vasili (o Potato como le llama cariñosamente su madre, y que le sirve de tercera persona) en su ciudad natal Vladivostok USSR 1985, en el inicio de los cambios sociales de la Perestroika de apertura al mundo. Con un tono de humor negro y de irreverencia, a través de escenas o sketches (casi teatral), vemos su día a día junto a su madre y su abuela Tamara (Lea DeLaria), en un contexto de opresión social y cultural, violencia y acoso, que tiene como vía de escape la idealización de la cultura americana, a través del cine que ven en el «tercer canal secreto». A través de su mirada, todo se ve estereotipado y exagerado, y por tanto rodeado de una estética vibrante, aunque con tonos oscurecidos marrones y verdes. Una crítica cultural, ideológica, religiosa (Jesuscristo, amigo imaginario, se va a vivir con ellos), con continuas referencias a la cultura pop americana: ‘Pretty woman’, ‘Blood Sport’ (viendo a JVD tiene un orgasmo espontáneo), ‘Sister Act’, ‘Ninja Turtles’, el happy-ending y el papel higiénico; en contraste con la evolución en apariencia de la estética y la cultura rusa de austeridad y crudeza (vemos una retrato de Lenin con chándal Adidas), en ocasiones encuadrados en ventanas. Una mirada entre realidad y fantasía, donde las líneas se desdibujan, en una especie de sueño surrealista, de realismo mágico, a través de diferentes estéticas y formatos, que sin embargo funciona por su originalidad.
A través de un contacto epistolar buscando novia rusa, la madre contacta con James (Dan Lauria), cristiano fundamentalista que vive en Seattle, y con la creencia de que ellos son rusos ortodoxos, le propone matrimonio y les invita a ir a USA. Una transición que se realiza a través de una puesta en escena en la que la Virgen María surge de la pared, cantando música disco (‘Freedom’) en un tono de celebración cabaretero y burlesque, lleno de color y brillo.
Sin embargo, la película va de más a menos. Y es que la mirada adolescente, una vez instalados en Seattle en los años noventas, es más convencional, más realista, perdiendo ese encanto de sueño inicial, que aunque tiene lógica narrativa, la convierte en un coming of age más al uso. Con una estética que recuerda a las sitcoms americanas (‘The wonder years’, acentuado por la elección de Dan Lauria), incorpora elementos del «new queer cinema» y Greg Araki, de la cultura del videoclub y de las películas iniciales de Pedro Almodóvar, aunque menos «pulp» o marginal, más formal y normalizado. La película avanza con las dificultades de adaptación, del idioma y de su condición de gay. Una película donde, como si fuera rusa, el happy ending parece eludir a los personajes, y se ven sometidos a otros tipos de opresión. Desde la escuela, a su padrastro, e incluso sus amantes (que en una escena llena de color recuerda a aquella de ‘A fished called Wanda’ y el erotismo de los idiomas); todos parecen querer etiquetarlos por el origen, o su condición sexual. La madre atada a una relación que no era lo que se imaginaba.
Una comedia negra autobiográfica y un coming of age gay, que contiene elementos visuales muy interesantes, pero que no logra equilibrar las dos partes de la película, en esa historia de búsqueda de libertad, y de amor materno filial.
«You should never be afraid to believe.»
MÁS INFORMACIÓN
Web oficial: https://www.potatodreamfilm.com/
IMDb: http://www.imdb.com/title/tt3513522/
FilmAffinity: http://www.filmaffinity.com/es/film667883.html