FICHA TÉCNICA
País: Italia
Dirección: Simone Bozzelli
Guión: Simone Bozzelli, Tommaso Favagrossa
Fotografía: Leonardo Mirabilia
Reparto: Alexander Benigni, Andrea Fuorto, Elettra Dallimore Mallaby, Augusto Mario Russi
Género: Drama
Año: 2023
Duración: 112′
SINOPSIS
Tras pasar toda su vida en una pequeña ciudad, Yuri se escapa con Agostino, que viven en la carretera con su autocaravana trabajando como animador infantil. Yuri se verá atrapado en un torbellino de amor y dependencia de Agostino.
TRAILER
NUESTRA OPINIÓN
«I want to be free.»
La ópera prima del joven director italiano Simone Bozzelli bebe, de manera más o menos directa, de ‘Happy Together’ (Wong Kar-Wai, 1997), no sólo por sus referencias a Tierra del Fuego como posible paraíso del amor, y se acomoda a la reciente ‘Palm trees and power lines’ (Jamie Dack, 2022), con la que podría compartir sesión doble, en el retrato de una relación de amor tóxica, de sumisión/dominación.
Ya desde el primer plano, vemos la situación de encierro, de enjaulamiento, de Yuri (Andrea Furto, versión italiana de Xavier Dolan), joven en la veintena, que manifiesta una profunda sensibilidad, y escasas dotes sociales, así como algún tipo de limitación en el desarrollo emocional y mental, protegido por sus tías mayores (que incluso le bañan) en una particular jaula dorada. Y frente a él, la imagen de la libertad que proyecta el carismático Agostino (Antonio Mario Russi), animador de fiestas infantiles, y que viaja libre, girando sin avanzar, en una vieja camper de su padre. La fuerte conexión que hay entre ambos es evidente, sus diferencias lo son más. Yuri busca la ternura, el cariño (en un momento dice «Sé cuidadoso, es tan solo un cachorro«), y el otro la sumisión, el castigo («Los niños son fáciles de tratar, se portan bien, premio, se portan mal, castigo.«). Todo está en las imágenes y en lo que se dice, pero no siempre relacionado con los personajes. Así, la película deja claro en cada momento que la libertad es algo esquivo, interpretable y variable; pero es a través de las relaciones con los animales domesticados: perros, hamsters, pájaros y hasta una serpiente a la que le dan de comer una rata, que la película proyecta una continua metáfora (a veces reiterativa) sobre la percepción de las ideas de protección y control, y de libertad y riesgo, en los propios personajes.
Y lo que inicialmente pareciera un «road trip», deviene en un purgatorio o limbo, en forma de rave sin fin, donde quedan estancados tratando de decidir su futuro. Y es que el espacio juega un papel fundamental, del aislado espacio en la casa de su tía, protegido y lleno de árboles; al desierto desnudo y a la intemperie en el que habitan los personajes, un espacio que aparentemente no tiene límites. Durante esa estancia, día a día vemos las dinámicas de deseo, de insatisfacciones y humillaciones, de usos y abusos, escenas incómodas, de degradación, y escasos momentos de ternura que muestran un proceso de domesticación, de aprendizaje, de aceptación de un amor sin límites, en busca de una pretendida libertad («Me hablas de libertad y me dices lo que hacer todo el tiempo«). Observamos las dinámicas entre ellos, y también respecto a otros personajes, una mujer (Elettra Dallimore Mallaby), un bebé, y un personaje al que encuentra con alas de ángel (Alexander Benigni).
Todo ello a través de una narración opresiva, de planos muy cortos, primeros planos y planos detalle, y algunos desenfocados, con una cámara en continuo movimiento, buscando, tratando de encontrar, inquieta especialmente con los personajes protagonistas en plano. Y que puntualmente rompe con planos generales, y grandes planos generales, en los que la imagen respira, los personajes se acercan y encuentran la conexión, los paisajes se hacen más vivos, verdes, de montañas y lagos. Rodada en 16mm con una estética sucia, polvorienta, densa, casi irreal, de tonos amarillentos, desérticos, que acompaña muy bien el guión del propio director y Tommaso Favagrossa, y contrasta con el deseo y la sed de amor de Yuri. Visualmente muy acertada, tanto en el uso de los colores, el amarillo y el rojo, que se encuentra y se repelen. El rojo como llamada de atención, de peligro: el pelo de Agostino, una de las camisetas, la moto, la lata del dinero y el fuego. El fuego de las fogatas de «Tierra de Fuego», el fuego donde quemar aquello que no le sirve, el fuego como expresión de libertad, de ausencia de ataduras; el fuego como simbiosis entre el rojo y el amarillo, que bailan, se juntan y se separan. El fuego como forma de destrucción del pasado y sobre su esqueleto, construir algo nuevo, aunque a veces cuando te alejas, la estructura de libertad no es más que otra forma de jaula.
Un «coming of age» sobre el equilibrio entre la libertad y la protección, entre alzarse en el amor o sucumbir bajo su peso, a través de un juego de espacios físicos y emocionales, humanos y geográficos.
Una vez oí que lo malo no es estar encerrado, lo malo es que llegues a acostumbrarte.
«Smile, always.»
MÁS INFORMACIÓN
Web oficial: –
IMDb: http://www.imdb.com/title/tt22191712/
FilmAffinity: http://www.filmaffinity.com/es/film687818.html
