FICHA TÉCNICA
País: Rusia
Dirección: Kantemir Balagov
Guión: Kantemir Balagov, Aleksandr Terekhov
Fotografía: Kseniya Sereda
Reparto: Viktoria Miroshnichenko, Vasilisa Perelygina, Konstantin Balakirev, Andrey Bykov, Olga Dragunova, Timofey Glazkov
Género: Drama
Año: 2019
Duración: 130′
SINOPSIS
Leningrado, 1945. La Segunda Guerra Mundial ha devastado la ciudad y derruido sus edificios, dejando a sus ciudadanos en la miseria tanto a nivel físico como psíquico. El asedio (uno de los peores de la Historia) ha terminado, la vida y la muerte continúan combatiendo en el desastre que la guerra deja tras de sí. Dos mujeres jóvenes, Iya y Masha, tratan de encontrar un sentido a sus vidas para reunir fuerzas de cara a reconstruir la ciudad.
TRAILER
NUESTRA OPINIÓN
«He’ll heal us.»
El joven director ruso Kantemir Balagov, presenta su segunda película, tras la mas que notable ‘Tessnota’. Con un estilo y en un contexto absolutamente diferentes, sin embargo presenta también un espacio claustrofóbico, opresivo, de control. Ambientada en Leningrado (actual San Petersburgo), se acerca a la historia de amistad entre dos mujeres heridas, en ese tiempo suspendido, irreal que es el fin de la guerra, tras más de dos años de sitio y la declaración de «ciudad heroica». Una historia sobre los héroes, especialmente las mujeres, héroes silenciosos, ajenos al boato institucional, alejados de la imagen política, que tratan de recuperar su vida, de salir de la sombra de la muerte por bombas, hambre y frío. Una desolación que flota en el ambiente, una destrucción de la ciudad física, pero también emocional de sus ciudadanos.
Y en esa ciudad desolada, en el ámbito de un hospital, dos mujeres, Iya (Viktoria Miroshnichenko) y Masha (Vasilisa Perelygina), unidas por el dolor de la pérdida. En esa sociedad vacía, carente de todo, llena de diferencias de clases, dos mujeres heridas, psicológica y físicamente, abrumadas por el pasado de sangre y de dolor, en busca de esperanza, de un atisbo de felicidad. La película se mueve en una melodía de tristeza de personajes fuera de tono, desafinados, desubicados. Personajes dañados donde las situaciones más atroces y crudas se nos muestran con notable frialdad, con naturalidad, carente de emoción o sentimiento. Personajes paralizados (como la afección de Iya) que les impide moverse, reaccionar o avanzar.
Y si bien las interpretaciones son intensas, toda la estructura narrativa se sostiene en el uso de la cámara en mano y en la cinematografía de Kseniya Sereda. La cámara, cercana y opresiva, con largos planos, contribuye a dar peso a la continua sensación de inseguridad, de tensa calma. Una inquietud, la del día a día, que contrasta con aquellos momentos más crudos, que se muestran con un mayor estatismo. Y junto a ello el uso del color para definir la situación general del conflicto, la esencia de los protagonistas y su entorno. Mediante el uso de la luz, de los ocres a los níveos; y del color, en un viaje de la opresión de los rojos, ocres y anaranjados, saturados, densos como manchas de sangre, a colores más limpios y la presencia del verde como elemento de esperanza, de amor. Toda la película llena de encuadres pictóricos, teatrales, de ecos de cromáticos, que definen psicológicamente a las protagonistas, y por extensión a toda la sociedad.
Dos mujeres diferentes, en su apariencia, en su fondo, en su manera de relacionarse, de expresarse, de amar. Humanista, femenina, tierna, sobre la que siempre planea el dolor de los personajes traumatizados, que deben reconstituirse, que deben aprender a vivir de nuevo. Porque las heridas de la guerra continúan de manera indeleble, más allá de la firma de la paz, en el físico, en la mirada, de los supervivientes.
La armonía, el equilibrio, en un yin y yang verde y rojo.
«I am meaningless inside»
MÁS INFORMACIÓN
Web oficial: –
IMDb: http://www.imdb.com/title/tt10199640/
FilmAffinity: http://www.filmaffinity.com/es/film636414.html