FICHA TÉCNICA

País: España
Dirección: Matteo Garrone
Guión: Maurizio Braucci, Ugo Chiti, Matteo Garrone, Massimo Gaudioso
Fotografía: Nicolai Brüel
Reparto: Marcello Fonte, Edoardo Pesce, Nunzia Schiano, Adamo Dionisi, Francesco Acquaroli, Alida Baldari Calabria, Gianluca Gobbi, Aniello Arena
Género: Drama
Año: 2018
Duración: 102′

SINOPSIS

1988. El dueño de una peluquería canina a las afueras de Roma se deja influenciar por un delincuente local hasta que su vida personal se complica y decide tomar las riendas de la situación.

TRAILER

NUESTRA OPINIÓN

«Simone, qui tutti mi vogliono bene»

Podría ser cualquier pueblo fronterizo del oeste americano, en cualquier lugar y en cualquier tiempo. Porque, como los buenos westerns, el género es tan solo un medio para contar algo más profundo, un verdadero drama humano.

Noveno largometraje de Matteo Garrone, aunque más cerca de sus primeras películas (‘L’Imbalsamatore’ y ‘Primo Amore’), que de las corales subsiguientes que le han dado fama, como ‘Gomorra’. En aquellas, nos presenta personajes que funcionan como dualidad, como complemento y contradicción, y finalmente como encuentro y rivalidad. En este caso la oposición viene representada por Marcelo (Marcello Fonte), hombre menudo, separado, dueño orgulloso de una peluquería «perruna», que menudea con algo de droga, un hombre afable, que busca agradar, buen vecino, y que adora a su hija. Y por otro Simoncino (Edoardo Pesce), antiguo boxeador, agresivo, que gusta de la vida fácil, mujeres y drogas, recién salido de la cárcel y que consigue lo que quiere por las buenas o mediante el uso de la violencia. Ambos tienen una relación basada en la sumisión del primero, que no encuentra la forma de negarse a lo que le pide. Pero, ¿cuánto estás dispuesto el «hombre medio» a aguantar el abuso, la humillación y los agravios? Inspirada en los hechos ocurridos en Roma a finales de los ochenta, Garrone, sin embargo, no trata de contar esa historia, sino utilizarla para contar su propia obra.

Una película que funciona a modo de western, en un pequeño espacio, que parece estar aislado del resto del mundo, con su plaza alrededor de la que se desarrolla la vida. Una vida que se ve perturbada por la llegada de la violencia de Simoncino, tras salir de la cárcel, que hace y deshace a su antojo, abusando de todo el que se cruza en su camino. Ante eso, la sociedad, la comunidad, quiere ponerle fin, pero calla, quiere que se termine, pero sin mancharse las manos. Y el sistema, la policía, que pide que te comportes como un héroe, que des la cara, que denuncies y les facilites el trabajo. Garrone nos presenta al «hombre medio», abusado por todos, la sociedad, la policía y Simoncino. Porque al final es más fácil culpar al débil, que poner soluciones contra el abusador. Todos ellos le ven como un medio para un fin, impidiendo su desarrollo en su dignidad, de hombre como fin en si mismo. Una fábula, un cuento, como aquellos de Giambattista Basile, cruel, doloroso e injusto, sobre la dignidad, su pérdida y el oscuro camino para recuperarla, pero sin moralina, con toques de neorrealismo, dejando una cierta desesperanza.

Garrone sabe retratar los espacios físicos en los que se desarrolla el drama humano y social. Un película fría, opresiva, con tonos oscuros, húmedos y lluviosos, sucios, entre edificios abandonados que pudieron ser y no lo fueron, de mares sin playa; salvo los escasos momentos de luminosa felicidad junto a su hija. Retrata de manera directa y desafectada la fragilidad humana la necesidad de reconocimiento, de aceptación. Un camino de destrucción del hombre social, expulsado de su seno; un camino de perdición de un hombre corriente, en busca de la dignidad perdida, de la redención. Un viaje a lo más oscuro del ser humano, un viaje al que todos estamos expuestos si se dan las condiciones adecuadas, porque cuando no tienes nada, tampoco tienes nada que perder. Y como rostro de ese hombre medio, de ese hombre social, humano, frágil Garrone ha encontrado a Marcello Fonte, que borda el papel, dotándole de la necesaria sensibilidad y crudeza, para hacerlo creible.

Al final ‘Dogman’ viene a ser también el retrato de una sociedad que mira la violencia y el abuso, impasible o vuelve el rostro. Porque cuando la desesperación te atrapa, puedes, o rendirte, o convertirte en lo que pretendes evitar. Y si te entregas, culmina, como no puede ser de otra manera en un destello de violencia, orgánica y visceral, casi natural, que sorprende sin sorprender, en el que la brutalidad se impone a la fragilidad.

Garrone retrata un mundo al margen de la sociedad, un pequeño micro mundo, que finalmente no es más que el reflejo microscópico de las miserias del macro mundo.

«Tutto questo non lo accetterà più»

MÁS INFORMACIÓN

Web oficial: –
IMDb: http://www.imdb.com/title/tt6768578/
FilmAffinity: http://www.filmaffinity.com/es/film412398.html