FICHA TÉCNICA
País: Estados Unidos
Dirección: Christopher Winterbauer
Guión: Christopher Winterbauer
Fotografía: John Guleserian
Reparto: Theo Taplitz, Lulu Wilson, Azure Brandi, Tommy Dewey, Rosemarie DeWitt
Género: Comedia
Año: 2019
Duración: 97′
SINOPSIS
In an alternative 1990s equal parts Yorgos Lanthimos and Todd Solondz (but gentler), an awkward young teen must complete a school requirement in which students wear electronic collars that detach only upon engaging in their first kiss.
TRAILER
NUESTRA OPINIÓN
«I just don’t want to be alone»
El primer largo de Christopher Winterbauer, basado en un corto del mismo nombre de 2017 que desarrolla, ampliando el mundo creado, pero manteniendo en esencia el núcleo central y estructura, al que añade alguna trama y un último acto.
Una historia, que superada la extrañeza buscada que produce el mundo adolescente que nos presenta, ambientado entre finales de los ochenta y principios de los noventa, distópico en la hipernormalización y burocratización del sexo, como etapas de aprendizaje a superar, nos ofrece un mundo de personajes profundamente reales y reconocibles. Personajes que tratan de navegar las complicadas aguas de la adolescencia (y de la madurez), entre el eros y el tánatos. La diferencia expresada a través de un collar o una muñequera, que visualizan tu posición sexual, emocional a la vista de todos, y que define tu futuro. Todos los elementos que hacen de la adolescencia, un espacio vital de cambio, de dificultad, se hacen patentes y visibles para todos. Este proceso de transición, exagerado y cómico en la película, donde esa evolución emocional se produce de manera mecánica, artificial, no está alejada del mundo real (o más bien virtual) en el que los jóvenes tratan de imitar y repetir comportamientos, para no quedar atrás, para no ser tratados como parias sociales. Un «coming of age» sobre la aceptación, sobre la necesidad de encajar, de no quedar atrás, de formar parte de la masa social, que se expresa y se acentúa narrativamente en un contexto de paso del analógico al digital, por la llegada de internet.
Pero la película también habla de la muerte. De cómo la afrontamos, de las mentiras y artificios creadas a su alrededor que impiden su acercamiento emocional, un sentimiento de pérdida que no puede normalizarse, ni burocratizarse. Descubrimos el daño, el dolor inconsolable causado por la muerte del hermano. Unos padres ausentes, no sólo emocionalmente sino también físicamente, en un viaje o escondido en un baño, de tal manera que ni siquiera aparecen en la foto de familia. Un mundo lleno de detalles, originales e inteligentes, que contribuyen a construir una realidad extraña pero muy creíble y cercana. Un mundo de adolescentes, donde los adultos que aparecen, transmiten sensación de falta de control e inmadurez.
Los intérpretes hacen un magnífico trabajo, acompañado por una cinematografía pausada, con escasos movimientos de cámara, observacional y distante; y una paleta de colores que nos recuerdan al cine de Wes Anderson.
Un viaje de descubrimiento del protagonista, Wyrm (Theo Taplitz), que progresivamente se va enfrentando a una realidad que no sabía y no quería ver, sobre su familia y sobre sí mismo. Usando el artefacto narrativo de grabar una cinta para el memorial de su perfecto hermano fallecido, va confrontando la realidad de manera directa, brutal y cruda. Pero también el viaje del resto de personajes, donde no hay buenos ni malos, heridos, dañados, imperfectos, tratando de superar sus propias inseguridades y carencias, conseguir lo que la sociedad les reclama. Pero, no siempre conseguirlo supone un cambio real.
«We’ve got to move forward. It’s the only direction we have»
MÁS INFORMACIÓN
Web oficial: –
IMDb: http://www.imdb.com/title/tt12826940/
FilmAffinity: –
