FICHA TÉCNICA
País: Alemania
Dirección: Valeska Grisebach
Guión: Valeska Grisebach
Fotografía: Bernhard Keller
Reparto: Meinhard Neumann, Reinhardt Wetrek, Waldemar Zang, Detlef Schaich
Género: Drama
Año: 2017
Duración: 100′
SINOPSIS
Una cuadrilla de obreros alemanes sienta campamento en un pueblo búlgaro para levantar una central hidráulica. Molesta el descaro zafio de su despliegue, ofende la saña eficiente con que desarraigan el paisaje, y agravian con sus sudores masculinos de beberse la paga y silbar agudo al paso de las chicas. Va a estallar el conflicto…
TRAILER
NUESTRA OPINIÓN
«Violence is not my thing»
Sobre un corcel blanco entra en el pueblo bajo la mirada hostil de sus habitantes. Esta podría ser la escena de cualquier western típico. Sin embargo, se trata de una película de personas del Oeste (Alemania) que se mueven al este (Bulgaria) para trabajar en la construcción de una presa.
La directora alemana Valeska Grisebach, en su tercer largometraje en 16 años, recoge y adapta los códigos del western, de los antihéroes melancólicos, solitarios, en entornos llenos de testosterona y masculinidad. Y así, durante la primera media hora, en un contexto natural de una cierta atemporalidad, nos presenta una cuadrilla de obreros alemanes, que instalan su campamento de trabajo.
Sin un guión claro nos ofrece su día a día entre actitudes de macho, nacionalismo, superioridad y trabajo lideradas por el jefe, Vincent. Ajeno ajenos a los comportamientos de sus compañeros, encontramos a Meinhard: parco en palabras, frente a la verborrea sobre mujeres y armas de sus compañeros, y contemplativo, casi huraño, frente a la necesidad de mostrarse del resto. Junto al río, tres mujeres del pueblo cercano se acercan a disfrutar del sol y se desatan tensiones con los alemanes, especialmente con Vincent. El conflicto está planteado.
Poco más tarde, Meinhard encuentra el caballo blanco con el que acude al pueblo, y al que tras unos tiras y aflojas, caricias y susurros, consigue controlarlo y que se deje montar. Y en ese baile, torpe y no sin dificultades, se haya la quintaesencia metafórica de la película de Grisebach.
A partir de esa premisa de western, de héroes y antihéroes, y de los espacios y lugares entre ellos, la directora alemana, con actores no profesionales, en un idioma que no conocen, parece dejarles a su suerte en la búsqueda de una solución al conflicto planteado. Y desde esta perspectiva naturalista, casi de estilo documental, los actores se desenvuelven entre gestos, con más corazón que razón. Un lugar de hombres, que organizan y deciden, con códigos patriarcales, machistas, conservadores, de protección de lo propio. Donde las mujeres aparecen como sirvientas y amantes.
Una película compleja, de múltiples capas, que no nos ofrece respuestas, tan solo plantea con su cámara preguntas, dejando que los acontecimientos se desarrollen, alargando los momentos. Es una película muy pausada, lenta en su narración, pero que plantea conflictos muy actuales: la nacionalidad y las fronteras, la inmigración y la integración, la superioridad de la explotación de los recursos, del abuso de la tecnologico y económico (del agua, del caballo). Un antihéroe, de pasado militar y que huye de la violencia, en busca de la concordia, la conciliación y el entendimiento.
Eminentemente política, Valeska Grisebach adapta los códigos del western a un contexto actual, porque al final se impone la ley del mas fuerte. Y como en aquel, y durante todo el metraje, una continua sensación de tensión, de violencia latente a punto de estallar. Pero también, como en los buenos westerns, nos muestra momentos de emoción, de encuentro, íntimos, de confianza y hermandad.
Una visión micro de un problema macro, la universalidad de los sentimientos frente al localismo del idioma, que nos separa e incomunica. Una visión optimista, en mi opinión. Una película imperfecta, pero llena de claridad.
«We understand each other.»
MÁS INFORMACIÓN
Web oficial: –
IMDb: http://www.imdb.com/title/tt5157326/
FilmAffinity: http://www.filmaffinity.com/es/film180775.html
