FICHA TÉCNICA

País: Bosnia y Herzegovina
Dirección: Jasmila Zbanic
Guión: Jasmila Zbanic
Fotografía: Christine A. Maier
Reparto: Jasna Djuricic, Izudin Bajrovic, Boris Ler, Dino Bajrovic, Boris Isakovic, Johan Heldenbergh, Raymond Thiry, Emir Hadzihafizbegovic, Joes Brauers, Reinout Bussemaker, Teun Luijkx, Ermin Sijamija, Alban Ukaj, Rijad Gvozden, Juda Goslinga, Ermin Bravo, Sanne den Hartogh, Micha Hulshof, Sol Vinken, Emina Muftic, Job Raaijmakers, Drazen Pavlovic
Género: Drama
Año: 2020
Duración: 104′

SINOPSIS

Bosnia, julio de 1995. Aida trabaja como traductora para la ONU en la pequeña ciudad de Srebrenica. Cuando el ejército serbio ocupa el pueblo, su familia está entre los miles de personas que buscan refugio en los campos de la ONU. Como participa en las negociaciones, Aida tiene acceso a información importante.

TRAILER

NUESTRA OPINIÓN

«Don’t shoot the piano player»

Durísima película que construye una creciente angustia, como memoria de una situación que no debe volver a producirse.

La película de la directora y guionista Jasmila Žbanić sigue fundamentalmente la odisea de una familia (que es la de una comunidad), y de una madre Aida (Jasna Djuricic) tratando de salvarla mientras trabaja como traductora para los cascos azules, en los momentos previos a la masacre de Srebrenica en la guerra de Bosnia en 1995, perpetrada por el ejército serbio liderado por Ratko Mladić. Una mirada transversal, que nos ofrece una radiografía de todo lo que no funcionó para que se produjese esa tragedia, aproximándose a otras miradas y puntos de vista: la del coronel serbio y sus lugartenientes, las del oficial de la ONU.

La tensión crece a la par que la de los desplazados, que se ven empujados frente a la verjas del campamento de la ONU, contra la espada y la pared. Atónitos observamos el abuso de un lado, la incompetencia de otro, la incapacidad e impotencia, la inactividad de los países occidentales. Una mirada a un exterminio étnico que pone los pelos de punta por lo real. Y en medio de todo ello una mujer, corriendo de un lado a otro, tratando de intentar salvar a su familia. Mediante un sueño vemos un flashback al momento anterior de la guerra en la que todos conviven juntos, también a través de conversaciones vemos que se conocían, que eran amigos, profesores, vecinos, pero la sinrazón de la guerra se impone a la lógica y al corazón. La ambientación y la puesta en escena es de lo más creíble, cruda y declarativa: la tensión, el miedo, la incredulidad y el cansancio es palpable. Porque con gran acierto, Jasmila se maneja entre la mirada macro de la comunidad y la historia mínima, micro, particular de una familia. Y la interpretación de Jasna Djuricic es descorazonadora, hablando, escuchando y mirando, una mujer egoísta cuyo único objetivo es salvar a su familia, sea como sea y con la cual empatizamos completamente. El punto de vista de la directora es evidente, con una narración sin alardes, directa en cuanto a las causas de la matanza, pero indirecta en cuanto a las consecuencias y efectos. Pero la imaginación es mucho peor, más implacable, más brutal. Una película que, sin embargo, es optimista, y pone el énfasis y la esperanza en las nuevas generaciones, en la educación de los más pequeños, para que no se vuelva a repetir. Una película de denuncia muy necesaria, que pone el foco en los nacionalismos, en el daño que causa su reduccionismo; pero también en los intereses económicos tras la guerra, y en la criminal pasividad de los Estados ante ella.

MÁS INFORMACIÓN

Web oficial: –
IMDb: http://www.imdb.com/title/tt8633462/
FilmAffinity: http://www.filmaffinity.com/es/film130859.html