FICHA TÉCNICA

País: Alemania
Dirección: Bastian Günther
Guión: Bastian Günther
Fotografía: Michael Kotschi
Reparto: Joe Cole, Carrie Preston, Callie Hernandez, Bill Callahan, Lucy Faust, Cullen Moss, Jesse C. Boyd, Lara Grice, Billy Slaughter, Cory Scott Allen, Clyde Jones, Amy Le, Jared Bankens, Jacinte Blankenship, Devyn A. Tyler, Lynne Ashe, Chris Gann, Ritchie Montgomery, Alexander Biglane, Douglas M. Griffin, Jaren Mitchell, Gail Cronauer, Rachel Whitman Groves, April Hartman, Ned Yousef, Carl Palmer, Sam Malone, Gretchen Koerner, Susan McPhail, Evan Henderson, Frankie Smith, Michael Scott, Michael Harrity, Donna Duplantier, Anthony Michael Frederick, Gerald Brodin, Randy Austin, Mike Young, Jason Edwards, Armando Leduc, Ray Gaspard, Gordon Dexheimer
Género: Drama
Año: 2020
Duración: 120′

SINOPSIS

En una pequeña ciudad de Texas, un concesionario de automóviles local celebra todos los años la competición denominada «Hands on a Hardbody». En este concurso, los participantes son seleccionados por sorteo y se dan la mano alrededor de una camioneta nueva, donada por el organizador. No deben soltar las manos en ningún momento, y no se les permite dormir. El último en darse por vencido se llevará el vehículo. Mientras tanto, los curiosos comienzan a revolotear alrededor de los concursantes, agotados y semidesmayados. Joan, quien trabaja en el concesionario, trata de ir animándolos a todos, incluido a un joven padre de familia, Kyle, quien quiere ganar la furgoneta a toda costa.

TRAILER

NUESTRA OPINIÓN

«They are, after all, participating of their own free will»

Crítica y cruda mirada a la sociedad actual del espectáculo, del éxito y del disfrute basado en el sufrimiento de otros. Con un eco innegable en la magnífica ‘They Shoot Horses, Don’t They?’ de Pollack, y ficcionalizando el documental de 1997 ‘Hands on a Hardbody’ de S. R. Bindler, se basa en un concurso real de resistencia para conseguir una furgoneta.

La película de Bastian Günther, alemán afincado en EEUU, nos muestra el juego alrededor de una pequeña comunidad, 20 concursantes, sin límite de edad ni de sexo, con motivaciones e intereses diversos, pero con el objetivo de obtener un premio, de ganar: desde los que realmente lo necesitan, a los que lo hacen por el éxito y la fama, por diversión, como impulso para cambiar, para huir, o como una experiencia mística. En todo caso, intenta mostrar, a través de los diálogos y comportamientos de los diferentes concursantes, un retrato social, una galería de individuos, de sueños rotos, un micromundo en un contexto de crisis económica y social.

La película nos lleva a través de la mirada de Joan (Carrie Preston), madre soltera de mediana edad pasando por el síndrome de nido vacío, su hija se ha ido muy lejos a estudiar. Una mujer en un momento de crisis (el amante la deja, la madre necesita de sus cuidados), y que trata de superarlo, o más bien negarlo, volcándose en su trabajo como relaciones públicas que organiza el concurso. Una forma, el trabajo, a través de la que recibir atención, de conectar con la gente, ocultando su situación de soledad. Es un pueblo pequeño, y parece que hay una cierta predilección por un un joven trabajador Kyle (Joe Cole), padre de familia, que necesita el vehículo, al que seguimos, junto con una joven, el día que conoce que han sido seleccionados para participar.

Un drama socio económico, de personajes en crisis, que parecen atrapados en sus vidas, cuya única forma de huir es avanzando a través del «street view» de Google Maps, con la idea lejana de viajar o tratando de ganar un concurso. Las vías del tren funcionan como límite físico y emocional y su sonido, como grito de libertad, al que se une la estela del avión en el cielo.

Bastian pone en el centro de atención el poder del vehículo en el imaginario americano. El vehículo, objeto externo, elemento definidor de la clase social, del estatus. Si no tienes coche parece que no tienes nada, motivo de vergüenza y casi de señalarte como un potencial delincuente. Magnífico en este sentido el trabajo, trabajando los encuadres desde el interior de los coches, desde el que vemos desarrollarse los acontecimientos. El conflicto entre interior y exterior, tener y no tener, éxito y fracaso. Los personajes encuadrados en los marcos de los vehículos, con un creciente uso de planos más cortos, de personajes rotos, partidos en encuadre, que contrastan con los grandes espacios vacíos, desolados y que acentúa el aspecto fantasmal, melancólico y fatalista, de personajes perdidos en un limbo, en un purgatorio sin salida.

Una película que apela casi al espectáculo del circo romano, en el que unos disfrutaban del sufrimiento, y la muerte de otros. Una mirada al lado oscuro del «sueño americano», en una paleta de colores amarillos y azules, expresado por el himno que cantan, cada uno con su propia voz, que suena desafinado e individualizado, en el que unos ponen mucho y otros nada, y en el que finalmente el juego está siempre amañado y la banca siempre gana. La sociedad del éxito, de la apariencia continua. Sin embargo el director amplía esa mirada crítica de felicidad impostada y sonrisa fingida, de la consecución del éxito a través de lo que tienes y no de lo que pierdes. Una búsqueda continua de la felicidad a través de los objetos, de lo material. Como dice en algún momento, «no lo necesitaba, lo que necesitaba es una victoria». Una película del perdedor, que espera que algún día la suerte cambie. La mentira de la igualdad de oportunidades, de la libertad condicionada, del éxito para el que lo busca, de la culpa es del que no lo consigue (como la enfermedad o la infelicidad). El drama del que solo le queda esperar que la suerte le golpee, porque desgraciadamente el trabajo no va a cambiar su vida. Una competición que como una olla a presión va minando las fuerzas físicas y mentales, acentuando los comportamientos, haciendo crecer la tensión, apareciendo la violencia y perdiendo la cordura.

Si bien tiene carencias en cuanto al ritmo y ejecución, a pesar de las magníficas elipsis, hemos de destacar el acierto narrativo en el uso del flashback, para acentuar esa sensación de que los sueños que perseguimos, que la idea del ganador, del premio, en ocasiones hacen nos convierten en perdedores, privándonos de todos aquellos pequeños momentos de felicidad. Una elección que hace revisar lo visto con nuevos ojos, y profundiza en la tragedia.

«Even if you win this truck, you’re still going to be the idiot who had to stand around a truck because you couldn’t afford to buy one.»

MÁS INFORMACIÓN

Web oficial: –
IMDb: http://www.imdb.com/title/tt8415728/
FilmAffinity: http://www.filmaffinity.com/es/film805433.html