FICHA TÉCNICA

País: Colombia
Dirección: Laura Mora Ortega
Guión: Maria Camila Arias, Laura Mora Ortega
Fotografía: David Gallego
Reparto: Carlos Andrés Castañeda, Davison Florez, Brahian Acevedo, Cristian Campaña, Cristian David Duque
Género: Drama
Año: 2022
Duración: 111′

SINOPSIS

«Un día todos los hombres se quedaron dormidos… Y los cercos de la tierra, ardieron». Una historia sobre la desobediencia, la amistad y la dignidad que existe en la resistencia. Rá, Culebro, Sere, Winny y Nano. Cinco chicos de la calle de Medellín. Cinco reyes sin reino, sin ley, sin familia, emprenden un viaje en búsqueda de la tierra prometida. Un cuento subversivo a través de un clan salvaje y entrañable, que transita entre realidad y delirio. Un viaje hacia la nada, donde pasa todo.

TRAILER

NUESTRA OPINIÓN

«Ellos son mi familia. Ellos no tienen a nadie, yo tampoco. Estamos solos todos. Solo entre nosotros nos acompañamos… Yo sólo los quiero llevar a una parte donde estemos bien, que no nos haga falta nada, y no recibamos maltratos ni humillaciones ni desprecio de nadie. Que cada quien haga lo que quiera, luchar por lo de nosotros. Eso es lo único que quiero yo.»

Superados unos primeros minutos de desconcierto, tratando de interpretar contextualmente las peculiaridades lingüísticas, la jerga (pirobo, gonorrea, gamines, culebro, visaje…), del mundo callejero de la ciudad de Medellín (Colombia), que de manera eléctrica y violenta se nos presenta en pantalla, nos embarcamos en un viaje iniciático, en una huida hacía adelante, en busca de «la tierra prometida».

La esperanza fútil en un contexto de violencia estructural, de la amistad y de la familia, que supera las limitaciones de la sangre, donde el conflicto de la tierra, de la propiedad, se configura como matriz de la narración. Segundo largo de la directora antioqueña Laura Mora (‘Matar a Jesús’, 2017), y que podría formar una doble sesión magnífica sobre el tema, con el documental de Alex Pritz, ‘The Territory’ (2022), sobre la lucha de los indios del Amazonas brasileño por su territorio.

Cinco personajes, con un vínculo existente, pero que se construye a medida que se hace camino, una familia elegida: Rá (Carlos Andrés Castañeda), guía y líder indiscutible; Winny, que representa el desamparo; Nano (Brahian Acevedo), la dignidad; Culebro (Cristian David Duque), la rabia y Sere (Davison Florez), que es el contacto con lo místico. Personajes que surgen de entre las grietas del sistema, en busca de un atisbo de esperanza y de justicia, escrita en una carta («restitución de tierras»), para reclamar su lugar, físico y espiritual, en el mundo.

Un road trip de retorno, de la ciudad al campo, al encuentro de la identidad, en busca del paraíso, en la forma del hogar familiar en la selva guardado por un caballo blanco. Una narración que traslada el espíritu de libertad, de rebeldía y adrenalina, junto con un espacio místico, de descubrimiento, combinando planos de cámara en mano, con otros más poéticos, contemplativos, y observacionales; a través de un montaje que trasciende el tiempo, con una narrativa más libre. Un viaje que transmite una notable naturalidad en pantalla, gracias a las interpretaciones de los actores naturales.

Un western, la conquista de lo salvaje, de lo desconocido, en un viaje físico, de Medellín a Nechí, que es a la vez espiritual, de amistad, de compañerismo y dignidad. Y ese viaje de aventuras, está atravesado de situaciones de juego, pero también de peligro, el encuentro con personajes que ejercen una violencia latente, o de agresiva masculinidad y de rechazo y exclusión. Pero también en ocasiones solidaridad, y como si fuera una especie de limbo, de casa de la curación, encuentran en un prostíbulo, sobre notas de piano desafinadas, un momento de felicidad, de encuentro con una femineidad, en su condición de madre y amante, desconocida para ellos. Y todo ello lo confrontan mediante la ternura y la hermandad, la reafirmación de su existencia, sin poder huir de la violencia que les rodea.

La película que se inicia en el ámbito de lo real (salvo el sueño inicial), va dejando paso a lo onírico y simbólico, perdiendo el anclaje en la realidad, moviéndose entre la niebla, en un espacio de proyección de deseos, de tiempo detenido, superando los aspectos más dramáticos, en busca de un clímax. El agua («Dicen que el agua es la sangre de la vida«) como elemento de bautismo, el fuego como elemento catártico, de provocación y renacimiento, de reconocimiento de la propia existencia, frente a un mundo que no valora la vida, que somete y expulsa a los desfavorecidos («Qué fuerte soy porque lo digo vivo. Qué fuerte soy por tu odio«). Las voces en over, transmiten las emociones de los personajes, de una manera simbólica y poética.

Un viaje acompañados de fantasmas, pasados y presentes, individuales y de un país, en un progresivo desvanecimiento, primero como sombras, desapareciendo sin dejar rastro en el polvo de la tierra prometida.

«Un día todos los hombres se quedaron dormidos… Y los cercos de la tierra ardieron.»

MÁS INFORMACIÓN

Web oficial: –
IMDb: http://www.imdb.com/title/tt15399372/
FilmAffinity: http://www.filmaffinity.com/es/film975411.html