Hoy he decidido comerme un arenque para desayunar… NOT!!
Rotterdam 9º nublado, Valladolid 7º lluvia.
En este cuarto día hemos también 3 películas en la sección «Tiger Competition».
‘Black Medusa‘, de los directores Ismaël y Youssef Chebbi, tiene por subtítulo «a tale in nine nights» (un cuento en nueve noches). Poco sabemos de la protagonista, Nada, salvo que es sordomuda, y que trabaja con vídeos, y que como la Medusa mitológica ha sido violada. Nada es una Medusa moderna en busca de venganza. Una sed de venganza que, contrariamente a lo que esperaba, crece en un frenesí de muerte, y se convierte en una forma de vida, sin aparente redención. Narrada en blanco y negro, destaca el abuso de los fundidos a negros y los pequeños jump cuts, que avanzan la historia, sin apenas movimiento real, en un creciente ritmo respiratorio. Combina elementos visuales, conversaciones en móvil sobre fondos urbanos y de nubes, travelling urbanos, foto fija, plano secuencia. Entre onírica y real, la ciudad se convierte en un elemento más, de calles y edificios, de perros salvajes, de siluetas urbanas, de calles vacías, de autopistas. La ciudad se dibuja desierta de personas, salvo en los bares y lugares de fiesta. Nada, como el personaje de su cuento, parece no recordar su pasado, salvo que se encuentra en un agujero negro desde el que solo puede ver un pedazo del cielo. Y cada día es un nuevo lienzo en blanco donde expresar el dolor y la rabia que siente, mediante la sangre. Estéticamente, se mueve entre el cine negro, de la femme fatale, el giallo italiano y el asesino en serie. Medusa representa la mirada patriarcal de la mujer: deseada, violada y finalmente repudiada. Medusa, mujer de una gran belleza, hermosa víctima y monstruo vengador. Una mujer que representa la mirada masculina: a la vez objeto de deseo y de temor.
‘Looking for Venera‘, de la directora kosovar Norka Sefa, nos presenta una historia de búsqueda y de encuentro, un «coming of age«. Un película que funciona como tránsito a la madurez, pero quizá lo más destacable sea que es a través de una búsqueda del conocimiento consciente, de un aprendizaje y una experimentación meditada. Ella no quiere ser ignorante e inocente, no quiere seguir los pasos de su madre y su abuela, quiere decidir por ella misma, tomar las riendas de su vida. Y en ese comienzo, otra chica, más experimentada, le sirve de desencadenante. La libertad que manifiesta, la deslumbra y desde ese momento la toma como modelo, preguntando y aprendiendo. Y todo ello en un contexto post-bélico, donde la muerte ha sido una constante, donde el honor y el patriarcado está presente en todas las decisiones, y donde las mujeres se califican por la mirada y las decisiones de los hombres. Y para narrar ese conflicto generacional y social, la cineasta opta por usa una estética sucia, exigente, porque los personajes aparecen incompletos, partidos, tras cristales, entre obstáculos visuales. Encuadres opresivos, con personajes comprimidos. Un contexto visual sofocante, el uso de fuera de campo (tanto visual como sonoro), de espacios vacíos, desdibujados, borrosos, de conversaciones y situaciones que se cortan, sin solución. Pero no por ellos menos poéticos, o cuidados. Una búsqueda de la libertad individual, de revelación contra patrones aprendidos, de superación, de decisión.
La última película del día. ‘Liborio‘, de Nino Martínez Sosa nos traslada a principios del siglo XX en la República Dominicana. Dividida en capítulos: «1- Liborio regresa del cielo 2- para mover a la gente 3- y levantar los muertos 4- de esta tierra nuestra 5- lacrimosa 6- bendecida», nos narra la muerte y resurrección del mesías, Papá Liborio.
Como un políptico de pintura, nos muestra la vida y obras de Liborio desde que ascendió a los cielos tras quedar atrapado en una cueva, en la que se refugió tras unas lluvias torrenciales. Desde ahí, cada capítulo es una escena de momentos, de milagros, curaciones, cánticos y bailes, de romerías y rezos, de la creación de una comunidad a su alrededor. Y la cohesión, la fortaleza de esa comunidad, de esa unión y convivencia, se nos presenta mediante una cámara en continuo movimiento, de cámara en mano muy pegada a los personajes, con pocos momentos de respiro visual. Uno de los grandes aciertos de la película, es que el punto de vista varía en cada capítulo, lo que nos permite ver la realidad del santo desde diferentes miradas, construyendo un perfil humano complejo, poliédrico. Sin embargo aquello y esto, son tiempos difíciles para la espiritualidad, para crear instancias de poder, que pongan en peligro o amenacen la paz y el orden establecidos, o que se quieren establecer. Un cinematografía atmosférica, hipnótica, cautivadora y visceral. Un viaje a la cultura de República Dominicana. Muerte y resurrección. «Hace tiempo que yo me morí, mija«
A lo largo del día y en franjas horarias puntuales hemos tenido algunos problemas de conexión. Destacar la amabilidad y rápido trabajo de las personas del Festival Scope Pro y Press & Industry screenings (IFFR), y en concreto a Dominique y, especialmente, a Monika Hyatt. Gracias.