Narrativa muy visual trufada de momentos cómicos, llena de color y ensoñaciones, entre el juego y la emoción y que se refleja en una música que pasa del piano con tonos infantiles, a la música electrónica y a la música tradicional zen. Apoyada en unas interpretaciones sinceras y una magnífica fotografía, nos muestra el proceso de descubrimiento de un país complejo, a la vez que lo que uno quiere, con una latente añoranza de algo que no se puede conseguir...