FICHA TÉCNICA

País: Guatemala
Dirección: Jayro Bustamante
Guión: Jayro Bustamante
Fotografía: Luis Armando Arteaga
Reparto: Juan Pablo Olyslager, Diane Bathen, Mauricio Armas, María Telón, Pedro Javier Silva Lira
Género: Drama
Año: 2019
Duración: 107′

SINOPSIS

Guatemala, en la actualidad. Pablo es un “buen hombre”: un cristiano evangélico practicante, de 40 años y casado y con dos hijos. Pero un día Pablo se enamoró de Francisco y decidió abandonar a su devota familia evangélica. Sus familiares, sin embargo, ponen su fe y la familia por encima de todo y se aferran aun a la idea de poder «curar» a Pablo.

TRAILER

NUESTRA OPINIÓN

«Castigo de Dios, castigo del cielo»

‘Temblores’ forma parte de la personal trilogía del director guatemalteco Jayro Bustamante, para radiografiar la sociedad de su país, a través de los insultos más graves. A decir de su director, ‘Ixcanul’ va sobre el insulto «indio», la autodiscriminación y el no orgullo de ser quienes somos. El insulto al que apela ‘La llorona’ es sobre ser comunista, entendido como lucha por los derechos sociales. Por último, ‘Temblores’ se refiere al insulto «hueco», que es como se llama a los homosexuales en Guatemala, para hablar del machismo y la misoginia, de la opresión.

Lo que sigue es el relato no tanto de su conversión, como de su negación como individuo. Porque a diferencia de otras películas recientes sobre el tema, esta se inicia con una decisión tomada, la de irse a vivir con su amante y viene a mostrar las dificultades, las complicaciones de mantener esa decisión. En una sociedad controladora y opresiva, en la que la religión se impone y penetra los ámbitos de decisión personal, de libertad individual, esa decisión supone un terremoto, un temblor. Porque esa decisión supone enfrentarse a todo y a todos, supone un total rechazo, el desprecio, el aislamiento familiar, laboral y social más absoluto. De hecho los temblores a los que se refiere el título, se producen en dos momentos decisivos, dos momentos que van a suponer una ruptura, una quiebra, una decisión que va a suponer una sacudida en su núcleo más interno.

Lo que sigue es el proceso de negación de todo aquello que ponga en peligro la apariencia de familia tradicional. Un viaje de opresión creciente, en el que el espectador tiene escasos momentos de respiro, con un tratamiento audiovisual muy adecuado. El uso de cámara al hombro, de rápidos movimientos de cámara, de asfixia. El uso de planos cortos, en el que el protagonista está casi siempre angulado o de espaldas, cortado, incompleto, en el que pocas veces podemos ver a la persona en su totalidad, de frente. También los espacios contribuyen a esa idea de aislamiento. Los apartamentos, las habitaciones, los pasillos, las oficinas se muestran como un laberinto, opresivo, sin salida, angustiantes. La fotografía potencia los colores fríos, la grisácea uniformidad, la negrura del conformismo, con muy pequeños y aislados momentos de iluminación dorada, de luz natural. Como «leitmotiv», como eco a lo largo de la película, el agua que funciona como limpieza, como bautismo, como renovación, como compromiso.

Una puesta en escena muy teatral, de telenovela. Una estética clásica, para una película actual, que muestra el choque de dos mundos, con sus propios códigos. Uno de clase media-alta, frío azulado, distante, escondido tras vallas y vigilantes, espejos de apariencia, que habita en una especie de burbuja en el tiempo, conservadas en naftalina. El otro, de clase obrera, más luminoso, más directo, abierto, más esperanzado. Y entre medias introduce una crítica a la Iglesia evangélica en particular, y a las religiones en general, que tratan de mantener el «status quo», que rechazan lo diferente, y buscan el enriquecimiento económico con el sufrimiento ajeno. Vemos el proceso de los «campos de reeducación», que ya vimos en ‘La Naranja Mecánica’, y en las más recientes ‘Boy Erased’ y ‘The Miseducation of Cameron Post’. Un proceso que afecta no solo al «reeducado», sino a toda la familia. Porque finalmente, todos son víctimas, nadie es feliz, porque tratan de construir una mentira, una fachada de felicidad. Lo importante es ocultar tu verdadero ser, tus sentimientos, renunciar a tu naturaleza para ser aceptado: mentir.

Finalmente nos muestra los efectos de esta situación en los hijos, en los más vulnerables. Pablo se nos muestra en una constante búsqueda, en una permanente insatisfacción, pero sin embargo tiene como objetivo claro el de proteger a sus hijos. Porque en definitiva el futuro, la única esperanza son nuestros jóvenes, nuestros hijos, que puedan soñar otra vida más justa y respetuosa para todos.

«Mi hijo, por qué no lo negó. Salga ahorita mismo y nieguelo todo. No me vaya a decir que no sabe mentir»

MÁS INFORMACIÓN

Web oficial: –
IMDb: http://www.imdb.com/title/tt7128732/
FilmAffinity: http://www.filmaffinity.com/es/film158666.html