FICHA TÉCNICA
País: Australia
Dirección: Warwick Thornton
Guión: Steven McGregor, David Tranter
Fotografía: Dylan River, Warwick Thornton
Reparto: Hamilton Morris, Bryan Brown, Sam Neill, Thomas M. Wright, Matt Day, Ewen Leslie, Anni Finsterer, Natassia Gorie Furber, Tremayne Trevorn Doolan, Gibson John
Género: Western
Año: 2017
Duración: 112′
SINOPSIS
Inspirada en una historia real sucedida en el interior de Australia en 1929. Cuando el aborigen Sam (Hamilton Morris) mata al propietario blanco Harry March (Ewen Leslie) en defensa propia, Sam y su mujer Lizzie (Natassia Gorey-Furber) emprenden la huida. Pero la pareja será perseguida de forma incansable por las autoridades.
TRAILER
NUESTRA OPINIÓN
«- Why did your run Mr Kelly? – I shot a white fella»
La definición, jurídica y teológica, de la relación con las poblaciones encontradas y después dominadas y diezmadas en los grandes procesos de colonización y conquista, ha sido una constante desde la llamada «Controversia de Valladolid» o Junta de Valladolid entre 1550 y 1551, y que supuso el germen de los derechos humanos actuales. Pero cada «encuentro», en diversos continentes y por diversos países, ha venido repitiendo el mismo modelo de abuso, dominación y esclavitud de las poblaciones allí existentes, por más leyes que hubiera al respecto, en su mayoría a favor de los colonizadores. Nada muy alejado de lo que ocurre actualmente en diversos conflictos; debe ser que la Historia de la Humanidad siempre ha sido así.
El director australiano Warwick Thornton nos sitúa a finales de los años 20, en Australia, para ofrecer una historia inspirada en hechos reales, que obliga a afrontar a sus compatriotas blancos, sus orígenes como nación, un espejo en el que se refleja el uso y abuso de la violencia, el poder y la justicia. Y para ello combina los elementos clásicos del western, y de las películas sobre esclavitud, para conformar un neo-western profundamente australiano y desafortunadamente muy contemporáneo.
Una película que no es novedosa, ni en lo que cuenta ni en su resultado. En ese despoblado territorio interior del norte de Australia, un predicador Fred Smith (Sam Neill) tiene una granja en la que convive en armonía con Sam Kelly (Hamilton Morris) y su mujer, ambos nativos australianos. La aparición de Harry March (Ewan Leslie), veterano de guerra, vengativo y borracho y la bondad de Fred, que permite a Sam y su familia a ayudarle a reconstruir su granja, sólo puede acabar en tragedia. Los abusos del soldado, y la amenaza de muerte, llevan a Sam a matarle en defensa propia. Se inicia así una persecución implacable, encabezada por el Sargento Fletcher (Bryan Brown) hasta llevar al culpable ante la justicia.
Una película predecible, pero necesaria. Una película cuya originalidad radica en la manera de contarla, de narrar el drama en ciernes. Y para ello se apoya, como un personaje más, en el imponente paisaje, sobrecogedor e implacable, que encuadra las miserias humanas, la marginalidad de los aborígenes; pero en el que también encontramos consideración y humanidad, orgullo y honor. Un paisaje que expulsa al intruso, que acepta al aborigen pero que tampoco tiene un lugar claro para aquellos que se mueven entre ambos mundos.
Una narrativa visual que combina la cruda violencia y tensión con el lento desarrollo de personajes, junto con lineas de diálogo precisas. Que se mueve entre la amplitud de los grandes paisajes y el detalle, de la vasta y extensa tierra a la contención del rostro humano. Una película que prescinde de la banda sonora para dotar de realismo al conjunto, para potenciar el sonido de la naturaleza, el sonido del hombre, de las cadenas arrastrando. Una ausencia que amplifica el estruendo del silencio. Con una paleta de tonos rojizos y anaranjados, logra transmitir el peso aplastante del calor y la sequedad.
Un tiempo narrativo en el que destaca el uso dramático de los flashbacks, mostrando la violencia pasada y especialmente del flashforward, que en un breve destello a modo de visión o «sueño» anuncia la violencia que está por venir.
Y todo ello complementado con las sólidas interpretaciones de todo el elenco, en su mayoría aborígenes, lo que contribuye al realismo y dramatismo.
Políticamente evidente, pausada en su narrativa de definición de personajes y del entorno. Una película sobre la nobleza, el honor y el sacrificio frente a la injusticia. Visceral y lírica ‘Sweet Country’ (contradicción en términos), es una película sobre el miedo, el temor a lo desconocido, a lo diferente, a los amplios espacios, a la linea del horizonte que parece alejarse según avanzas. Y finalmente, como antaño, el destino de los aborígenes dependerá de la ley, mediante el levantamiento del cadalso, o de la teología, erigiendo iglesias.
«We’re all equal here. We’re all equal in the eyes of the Lord.»
MÁS INFORMACIÓN
Web oficial: http://sweetcountryfilm.co.uk/
IMDb: http://www.imdb.com/title/tt6958212/
FilmAffinity: http://www.filmaffinity.com/es/film133653.html
