‘Mandariinid’
FICHA TÉCNICA
País: Estonia
Dirección: Zaza Urushadze
Guión: Zaza Urushadze
Fotografía: Rein Kotov
Reparto: Lembit Ulfsak, Giorgi Nakashidze, Misha Meskhi, Elmo Nüganen, Raivo Trass
Género: Drama
Año: 2013
Duración: 83′
SINOPSIS
En 1990, estalla la guerra en una provincia georgiana que busca la independencia. Ivo, un estonio, decide quedarse, a diferencia del resto de sus compatriotas, para ayudar a su amigo Margus con la cosecha de mandarinas. Al comenzar el conflicto, dos soldados resultan heridos delante de su casa, e Ivo se ve obligado a cuidar de ellos.
TRAILER
NUESTRA OPINIÓN
«Que no te sorprenda, hay gente que todavía mantiene su palabra»
En la historia del cine hay grandes películas bélicas y otras que además se manifiestan en contra de la guerra. De una forma sencilla y cercana, el director georgiano Zaza Urushadze, nos ofrece una película claramente antibelica, pero es algo más. ‘Mandariinid‘ es fundamentalmente una película sobre los valores humanos, sobre la capacidad empática del hombre y sobre el conocimiento como forma de entendimiento y respeto.
Lembit Ulfsak, en ‘Madariinid’
Una película que no hace alarde de artificios visuales, ni se centra en las especificidades del conflicto, que podría haber ocurrido ya o estar a punto de hacerlo, lejos o demasiado cerca.
Con una estética casi teatral, localizaciones limitadas entre un huerto de naranjos y dos casas, el conflicto llama a la puerta.
Uno de los aciertos de la película, es que logra mantenerse al margen de posicionamientos preconcebidos, dejando que los eventos hablen por sí mismos.
Destaca un perseguido realismo que impregna todos los elementos narrativos. El guión que combina de manera natural el dramatismo del momento con situaciones más cómicas, la fotografía casi documental, la música que se integra perfectamente, y las magníficas interpretaciones. Los personajes secundarios están perfectamente definidos y contribuyen a descubrir las motivaciones y desarrollo del personaje principal Ivo (Lembit Ulfsak), que toma una decisión consciente de resistencia pacífica cuando la tristeza aceptada pesa más que el instinto de supervivencia. Los personajes que aparecen no son héroes, seguramente tampoco son los otros villanos.
Lembit Ulfsak y Elmo Nüganen, en ‘Mandariinid’
La cámara se mueve con los personajes, inquieta, tratando de captar los matices, dejando respirar las escenas, siguiendo la relaciones a través de las miradas y los gestos, de los silencios, con una mirada de emoción contenida.
La guerra se describe en su mayor parte con pequeñas pinceladas, resuena de fondo como un «basso continuo«, pero cuando aparece lo hacer mortalmente, rompiendo la cotidianeidad del momento.
Por encima de todo, la palabra como elemento de unión y de respeto que permanece, cuando los insultos, amenazas y violencia se han evaporado.
Poner rostro y voz a lo diferente, comprender que lo que nos separa es menos que aquello que nos une, eliminada la propaganda y la intención política, despojada la presión social de lo superfluo, centramos en la esencia de la vida: vivir y dejar vivir, con respeto.
Lembit Ulfsak, en ‘Mandariinid’
Cuando convivimos, cuando participamos y compartimos lo que tenemos es más fácil comprender y encontrar conexiones, el conocimiento como camino al respeto y a la superación del miedo a lo diferente.
Consigue transmitir un mensaje optimista, de triunfo incluso, si al menos alguien entiende la inutilidad, lo absurdo de la guerra, que no tiene vuelta atrás salvo a través del recuerdo de lo perdido y el intento de olvidar el daño causado.
«- ¿Importa?, ¿acaso importa? – No, no importa»
MÁS INFORMACIÓN
Web oficial: –
IMDb: http://www.imdb.com/title/tt2991224/
FilmAffinity: http://www.filmaffinity.com/es/film894315.html
