Aku Wa Sonzai Shinai (El mal no existe / Evil Does Not Exist)

0 Creado por el Vie, 03 mayo 2024, 11:43

'Aku Wa Sonzai Shinai' (El mal no existe / Evil Does Not Exist), en Histerias de Cine

FICHA TÉCNICA

País: Japón
Dirección: Ryûsuke Hamaguchi
Guión: Ryûsuke Hamaguchi
Fotografía: Yoshio Kitagawa
Reparto: Hitoshi Omika, Ryo Nishikawa, Ryuji Kosaka, Ayaka Shibutani, Hazuki Kikuchi, Hiroyuki Miura
Género: Drama
Año: 2023
Duración: 106′

SINOPSIS

Takumi y su hija, Hana, viven en un pueblo cercano a Tokyo. Su vida se verá profundamente afectada cuando descubren que cerca de su casa se va a construir un glamouroso camping para que los habitantes de la ciudad hagan escapadas cómodas a la naturaleza. Cuando dos representantes de una empresa de Tokio llegan al pueblo para celebrar una reunión, queda claro que el proyecto tendrá un impacto negativo en el suministro de agua local y provocará problemas. Las intenciones de la agencia ponen en peligro tanto el equilibrio ecológico de la meseta como su forma de vida, con consecuencias que afectan profundamente la vida de Takumi.

TRAILER

NUESTRA OPINIÓN

'Aku Wa Sonzai Shinai' (El mal no existe / Evil Does Not Exist), en Histerias de Cine

«A wild deer never attacks, unless defending cubs or when hurt»

Es interesante detenerse en plantear cómo surge esta película, porque entiendo que en cierta manera su origen determina su estructura. La última película de Ryûsuke Hamaguchi surge de una especie de encargo que le hizo Eiko Ishibashi (con la que ya trabajó en ‘Drive my car’, 2021), para acompañar visualmente sus composiciones, con la intención de ser presentadas como película muda en vivo, bajo el nombre de ‘Gift’. Es a través de la construcción de esas imágenes en silencio, que no tiene sonido propio, cuando el director se dio cuenta de que de ella podría surgir una película, que complementara las imágenes de naturaleza con otras más ligadas al ser humano.

El director construye, sobre esa música e imágenes, una fábula orgánica y medioambientalista, que dialoga consigo misma y que se estructura en varios tramos. Junto a planos secuencia contrapicados de las hojas y ramas de los árboles sobre el cielo, acompañadas por la hipnótica banda sonora de Ishibashi, se intercalan excerptos costumbristas, pedazos de vida en una comunidad rural de Japón, cerca de Tokio, y pillow shots (escenas almohada), que nos muestran elementos de la naturaleza. Una mirada observacional, a través de la que seguimos a Takumi (Hitoshi Omika) en su día a día, mediante un plano secuencia en el que le vemos cortar leña con gran maestría; posteriormente llena con atención y cuidado garrafas con agua del río, y las transporta en un Mitsubishi blanco (que se convierte a lo largo de la película en eco de aquel Saab 900 Turbo rojo de ‘Drive my car’). En su devenir diario, se nos presentan nuevos personajes: los dueños de un hotel restaurante, qué utilizan wasabi salvaje y el agua del río en la confección de su menú de fideos soba; un enérgico joven medioambientalista y un anciano, una suerte de alcalde pedáneo del pueblo. Takumi vive con su hija Hana, de ocho años (Ryo Nishikawa), que a lo largo de la película se convierte en un elemento de comunión y de conflicto (con su abrigo azul y guantes amarillos), bien vagando sola por el bosque en el camino a casa del colegio (Takumi siempre llega tarde a buscarla), bien en compañía de su padre mientras adivinan árboles, recogen plumas de aves y observan el lago. Un canto a la tradición, al tiempo sosegado, al respeto y la convivencia con la naturaleza, por momentos documentalista.

'Aku Wa Sonzai Shinai' (El mal no existe / Evil Does Not Exist), en Histerias de Cine

La historia encuentra su bisagra narrativa, su punto de conexión, con la reunión, una especie de concejo abierto o consulta pública, que los representantes de la agencia de talentos, el cuarentón Takahasi (Ryuji Kosaka) y su joven colega Mayuzumi (Ayaka Shibutani), exponen el proyecto de construcción de un glamping (camping para pijos) a la comunidad y escuchan sus sugerencias. En ese debate se desarrolla y exponen los miedos y necesidades de esa comunidad, sus ilusiones y sus compromisos con el entorno que les rodea y vemos la incapacidad de atender sus demandas. Se visualiza así el choque entre la ciudad y el campo, las diversas interpretaciones sobre el tiempo y los recursos, la urgencia frente a la protección, el capitalismo frente a la economía circular y verde.

Tras la reunión, Hamaguchi cambia el punto de vista y pasamos a seguir a los dos miembros de la empresa de talentos. Mediante una transición por corte, pasamos de la noche con luna al día en la ciudad. Un skyline urbano, un despacho, conexión online con el presidente de la empresa, al que trasladan la problemática de los lugareños, mientras los jefes solo quieren ejecutar el programa para poder cobrar una subvención. El tiempo y el dinero se imponen ante las necesidades de la comunidad: «time is money» («el tiempo es un maní«, que dirían Les Luthiers). Con pocas novedades, vuelven al pueblo, en un viaje en coche, dialogan sobre sus vidas, lo que permite al director ofrecernos la mirada del mundo urbano, de sus expectativas y sus sueños.

Su regreso da paso a un nuevo giro, tornando la película en más enigmática, más liminal y onírica. La relación entre unas imágenes y otras se hace cada vez más intensa, más oscura, más dramática, a través de la repetición de momentos y comportamientos. Si bien su estilo visual es contemplativo, naturalista, realista, con movimientos de cámara que parece posarse sobre los elementos, observando desde lejos, de una manera directa y sencilla; a medida que avanza el metraje, junto con imágenes de lagos calmos, ciervos pastando, rapaces sobrevolando los cielos majestuosas, somos conscientes de una cierta ominosidad, de una oscuridad que se cierne sobre los habitantes y el bosque: la música que se corta bruscamente, cadáveres de animales, sonidos de disparos, árboles con pinchos, sangre,… momentos en los que las referencias humanas desaparecen, engullidas por el propio bosque. La idea que transpira desde el título, que funciona como pregunta, es precisamente la de la presencia del mal. Contrapone la capacidad de defensa de la naturaleza cuando habla de bayas venenosas, de espinas, de los ataques de animales heridos o en defensa de sus crías; frente al daño de las armas, de la polución y contaminación, de la destrucción del medio ambiente y de una forma de vida, el ocaso.

'Aku Wa Sonzai Shinai' (El mal no existe / Evil Does Not Exist), en Histerias de Cine

La película se plantea como una crítica social, de denuncia mediante una apariencia más enigmática y sutil que la estupenda ‘As bestas’ (Rodrigo Sorogoyen, 2022), nos lleva en un viaje sensorial e hipnótico, sobre la dialéctica entre dos formas de vivir, sobre la naturaleza humana, sobre la pérdida y la soledad, sobre la propiedad de lo natural y la responsabilidad individual. Una parábola que transforma lo real en metafórico, en mitológico en un viaje que culmina con un plano secuencia de contrapicado de los árboles contra el cielo, ahora oscuro, y cuyas ramas parecen punzar la luna, dejando una oscuridad en la que solo se oyen jadeos y pisadas sobre la nieve.

«Si te excedes… se rompe el equilibrio.»

MÁS INFORMACIÓN

Web oficial: –
IMDb: http://www.imdb.com/title/tt28490044/
FilmAffinity: http://www.filmaffinity.com/es/film955742.html

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