FICHA TÉCNICA

País: Reino Unido
Dirección: Charlotte Wells
Guión: Charlotte Wells
Fotografía: Gregory Oke
Reparto: Paul Mescal, Paul Mescal, Francesca Corio, Celia Rowlson-Hall, Kayleigh Coleman, Sally Messham, Harry Perdios, Ethan Smith
Género: Drama
Año: 2022
Duración: 98′

SINOPSIS

Sophie (Francesca Corio / Celia Rowlson-Hall como la Sophie adulta) reflexiona sobre la alegría compartida y la melancolía privada de unas vacaciones que hizo con su padre (Paul Mescal) 20 años atrás. Los recuerdos reales e imaginarios llenan los espacios entre las imágenes mientras intenta reconciliar al padre que conoció con el hombre que no conoció.

TRAILER

NUESTRA OPINIÓN

«When you were eleven, what did you think you would be doing now?»

Sobre el fotograma congelado de una vieja cinta de video, oímos el sonido del zoom digital que se acerca desde un plano medio a un primerísimo primer plano de un hombre a contraluz en un balcón, que se mueve tras una cortina, como escapando. Y sobre esa sombra borrosa y pausada, queda reflejada en la pantalla la imagen difuminada de una mujer sentada en un salón. Y esa es la esencia de la película, un viaje para tratar de acercarse a la figura de un padre que se escapa por los resquicios de la memoria y los recuerdos, como forma de componer su propia imagen, y su reciente maternidad.

Una figura que se muestra de manera incompleta, a través de vídeos, reflejos, en diversidad de ángulos y planos, fraccionada, parcial, como un puzzle por construir.

A partir de ahí, la cinta de video retrocederá, rebobinando, desde la despedida en el aeropuerto, hasta el inicio del viaje de vacaciones que Sophie (Francesca Corio / Celia Rowlson-Hall como la Sophie adulta) disfrutó con su joven padre (Paul Mescal), separado de su madre, en un resort «todo incluido» (aunque no del todo), de la costa de Turquía en los años noventa.

La ópera prima en el largometraje de la directora escocesa Charlotte Wells, ligeramente autobiográfica, presenta un retrato agrietado sobre el amor paterno filial, la pérdida y la pena, lleno de melancolía y angustia contenidas. Narrado fundamentalmente desde el punto de vista de la Sophie adulta, navega entre los videos grabados en la pequeña cámara digital, fotos polaroid, la memoria fraccionada (real o imaginada), y los insertos oníricos de baile con su padre, derivando en un «coming of age» de descubrimiento propio y de su relación con el mundo exterior, y en concreto con su padre, durante un verano de hace veinte años. Retrata magníficamente la relación de una hija en ese momento en el que comienza a ver las quiebras en la idolatrada del padre, y de un padre que se esfuerza por cuidarla, en un momento en el que parece costarle cuidar de sí mismo.

Se ha estudiado que no todos los recuerdos son reales, y que la mente es capaz de llenar los espacios vacíos con ideas, personas y recuerdos inexistentes. La memoria se convierte en la estructura de la película, construyendo una pequeña obra de orfebrería nostálgica, llena de silencios y contradicciones, que dejan espacio a la participación del espectador, a través de un juego de dualidades, la luminosidad de los azules en el Mediterráneo, de la música y las canciones noventeras, de los viajes en autobús, de los colores brillantes de toboganes, toallas y bañadores, de relax y fiesta, con el contrapunto creciente frialdad en los colores, de oscuridad, de momentos de tensión latente que explotan en un grito silencioso, ahogado.

Un montaje impresionista, a través de elipsis, que desdibuja el paso del tiempo y los momentos, centrándose en los detalles, en los gestos y en las miradas. Construye un delicado puzzle que se apoya tanto en lo que se ve, como fundamentalmente en los que se intuye, en el fuera de campo; con un magnífico uso de los espacios, como esa habitación compartida, que permite momentos de intensa complicidad, junto con otros de una rígida separación, mediante el uso del tabique del baño a modo de pantalla dividida, y del balcón como espacio distanciador. A esta relación de complicidad contribuyen las interpretaciones de los protagonistas, especialmente la de la joven Francesca Corio, que transmite una enorme naturalidad y madurez.

Otro elemento fundamental es el uso de los sonidos, y en especial, la banda sonora, que precisa tanto el contexto temporal, los noventa, como el espacial, un resort turístico, a través de temas como la «Macarena» de Los del Río, «Tubthumping» de Chumbawamba, «Tender» de Blur, «Real gone kid» de Deacon Blue. Una banda sonora que adquiere un elemento expresivo máximo, a través de la compleja y emotiva interpretación de Sophie del mítico tema de R.E.M. «Losing my religion» y que sirve de momento revelador. Y si aquel inolvidable baile de Mads Mikkelsen en ‘Druk‘ (Thomas Vinterberg, 2022) era vital y emotivo, como una manera de agarrarse a la vida y a la amistad; Calum explota en una catarsis al rito de «Under Pressure» de profundo valor expresivo, visualizando su inevitable caída hacía la oscuridad, bailando en una discoteca imaginada de parpadeantes luces blanquecinas, sin que ninguna de las Sophies, ni la adolescente, ni la adulta, puedan hacer nada por evitarlo. («This is our last dance, this is ourselves«)

Y al final, en un eco del principio, mediante una panorámica circular desde la pantalla donde proyecta el vídeo del verano, pasando por la Sophie adulta en el sillón, hasta un plano entero del Callum grabando la despedida, mirándonos. Un movimiento de cámara que combina lo cinematográfico y lo meta, que parece conciliar lo real y lo imaginado, el pasado de los recuerdos en una cámara de vídeo y el presente de su relación con su padre y de su maternidad; y que se pierde tras una puerta batiente al final del pasillo de la memoria.

MÁS INFORMACIÓN

Web oficial: –
IMDb: http://www.imdb.com/title/tt19770238/
FilmAffinity: http://www.filmaffinity.com/es/film801174.html