Joel Coen, junto con su director de fotografía Bruno Delbonnel y el diseñador de producción Stefan Dechant, realizan un proceso de destilación, de estilización narrativa y visual, de estética minimalista (también en el verso declamado) y teatral, que no descarta las formas cinematográficas, en un juego de espejos y diálogos mutuos que redunda en la calidad de la obra...