FICHA TÉCNICA
País: Canadá
Dirección: David Cronenberg
Guión: David Cronenberg
Fotografía: Douglas Koch
Reparto: Vincent Cassel, Diane Kruger, Guy Pearce, Sandrine Holt, Elizabeth Saunders, Ingvar Eggert Sigurdsson, Jennifer Dale, Matt Willis, Jeff Yung, Steve Switzman, Eric Weinthal, Al Sapienza
Género: Thriller
Año: 2024
Duración: 116′
SINOPSIS
Karsh, de 50 años, es un importante hombre de negocios. Inconsolable desde la muerte de su esposa, inventa GraveTech, una tecnología revolucionaria y controvertida que permite a los vivos vigilar a sus seres queridos difuntos en sus mortajas. Una noche, varias tumbas, incluida la de la esposa de Karsh, son profanadas. Karsh se propone localizar a los autores.
TRAILER
NUESTRA OPINIÓN
«I want his rotting body in our cemetery»
David Cronenberg regresa en su última película a su terreno más fértil: la intersección entre lo orgánico y lo tecnológico, el cuerpo y su descomposición, la memoria y el duelo, la sensualidad y la muerte. Sin embargo, esta vez lo hace con un enfoque más introspectivo y más clásico si cabe, alejándose de la visceralidad de sus primeras obras para adentrarse en un thriller político-psicológico que, aunque fascinante en sus ideas, no siempre logra conectar emocionalmente.
La premisa de ‘The Shrouds‘ es tan perturbadora como cabría esperar del maestro del body horror. Karsh (Vincent Cassel, alter ego del propio director), un viudo consumido por el dolor, inventa «GraveTech», una tecnología que permite observar en tiempo real la descomposición de los cuerpos en sus tumbas (incluso desde la correspondiente aplicación móvil): un concepto que mezcla la necrofilia tecnológica con el peso de la memoria.
Este punto de partida, con guion escrito por el propio Cronenberg, es profundamente personal (ha reconocido que la película está inspirada en la pérdida de su esposa) y establece un diálogo con sus temas recurrentes: la muerte como transformación, el sexo como vínculo con lo físico, y la tecnología como extensión y distorsión de lo humano; donde brilla con una sinceridad cruda, casi confesional. Sin embargo, se dispersa al intentar abarcar demasiado, dando sensación de película inacabada, estancada en diálogos expositivos que diluyen el impacto emocional del duelo central. Por un lado, el film explora el duelo de Karsh a través de su relación con el cuerpo en descomposición de Becca, evocando recuerdos que se materializan en sueños y en la figura de su hermana gemela, Terry (también interpretada por Diane Kruger). Este doppelgänger, reminiscente de Hitchcock, añade capas de ambigüedad emocional al jugar con la idea de infidelidad y sustitución. Por otro lado, Cronenberg introduce una subtrama de conspiración que involucra hackers rusos, intereses chinos y ecologistas anti-tecnología, en un intento de reflexionar sobre la militarización de los avances científicos y el control empresarial y tecnológico. Este aspecto de thriller psicológico-político, aunque temáticamente alineado con la paranoia cronenbergiana, se siente desconectada, como si el director quisiera emular el tono de sus primeras obras sin la urgencia o la tensión necesarias. La amenaza nunca se percibe real, y únicamente la minimalista y efectiva banda sonora de Howard Shore (colaborador habitual de Cronenberg), sostiene, artificialmente, la tensión de la película por encima del vacío emocional narrativo.
Visualmente, ‘The Shrouds’ es impecable pero distante. La fotografía de Douglas Koch, con su paleta de grises y azules fríos, refuerza la estética aséptica que define el film. Los cementerios de «GraveTech», con sus pantallas integradas, son un escenario fascinante, casi distópico, que recuerda a los paisajes tecnológicos de ‘eXistenZ’. Sin embargo, este minimalismo digital, aunque coherente con la temática de la vigilancia y el control, resta calidez emocional. También contribuyen a esa sensación los espacios urbanos, prácticamente sin contraste, limpios y atemporales de Toronto. Los cuerpos mutilados, un fetiche clásico de Cronenberg, aparecen en sueños y flashbacks, pero su representación es menos visceral, mucho más estilizada que en obras como ‘La mosca’ o ‘Crímenes del futuro’ o ‘Crash’. Aquí, la degradación corporal se muestra con una contención y esteticismo que, si bien subraya la melancolía del duelo, también puede percibirse como una oportunidad perdida para provocar el impacto físico al que nos tiene acostumbrados. Los encuadres, precisos y simétricos, refuerzan la sensación de desconexión, como si el propio Karsh estuviera atrapado en una pantalla, observando su vida desde fuera. Las secuencias oníricas, donde Becca aparece con las heridas del cáncer o fundida con su hermana, son lo más cercano al Cronenberg clásico, pero incluso éstas se sienten contenidas, más cerebrales que viscerales. El sexo, otro pilar del cine de Cronenberg, aparece aquí de forma contenida pero significativa. La relación de Karsh con Terry, cargada de tensión erótica y culpa, evoca la idea de que el deseo trasciende la muerte, pero también la distorsiona; nos recuerda a ‘Crash’ por su mezcla de placer y morbidez, pero carece de la intensidad perturbadora de aquella.
‘The Shrouds’ es, ante todo, una meditación sobre la memoria como algo físico. La tecnología de «GraveTech», no solo permite ver el cuerpo en descomposición, sino que lo convierte en un fetiche, un recordatorio tangible de la pérdida. La película plantea que el duelo no es solo emocional, sino corpóreo: Karsh no puede olvidar porque el cuerpo de Becca sigue «vivo» en su descomposición, en sus sueños y en la figura de Terry. Esta exploración del cuerpo como memoria, y de la tecnología como un medio para aferrarse a ella, es lo más potente del film.
Una obra profundamente personal, un lamento fílmico que refleja los temores y obsesiones de un Cronenberg en el ocaso de su carrera. Su exploración del duelo, la memoria y la tecnología y la paranoia es fascinante, y la actuación de Vincent Cassel, con ecos del propio director, añade una capa de vulnerabilidad. Sin embargo, la película no logra equilibrar sus ambiciones narrativas con su ejecución estética. La tensión artificial de su subtrama conspirativa y la frialdad de su estética desconectan de la emoción que debería emanar de una historia tan íntima.
Como un vuelo por encima de las nubes, ‘The Shrouds’ apunta al horizonte, pero se queda flotando en un limbo entre la genialidad y la insatisfacción.
«It makes me feel so alive!»
MÁS INFORMACIÓN
Web oficial: https://theshrouds.film/
IMDb: http://www.imdb.com/title/tt20212786/
FilmAffinity: http://www.filmaffinity.com/es/film957199.html