Aparentemente dividido en tres actos, las historias no concluyen, sino que fluyen naturalmente fuera de cámara, y parecen tener como objetivo el desarrollo del personaje principal. Una ganadera, que subida a su camello bactriano pastorea su rebaño de ovejas. Su día a día, su relación con los hombres, de amor crudo desprovisto de fineza, sin preliminares, con la urgencia de la necesidad del calor humano y de su propia maternidad...